29 mar. 2024

El primer abrazo republicano terminó con un balazo

La primera vez que los colorados sellaron la unidad con un abrazo republicano sucedió en 1894. Aquella historia no tuvo un final feliz.

Brigitte Colmán
@lakolman

En el manifiesto fundacional de la Asociación Nacional Republicana (Partido Colorado), fundada el 11 de setiembre de 1887, declaraban que su programa partidario se resume en dos palabras: “paz y respeto a nuestras instituciones”. De aquellos polvos, a estos lodos...

En sus 133 años de vida no siempre hubo paz, y con alguna frecuencia hizo falta alguna ayuda extra para lograr conciliar las posiciones dentro del partido. Sin embargo, después de la calma siempre llegó la tormenta, o algo parecido, es lo que expone Fabián Chamorro, promotor cultural y recopilador de historias, sobre el famoso “abrazo republicano”, tan significativo para los adscriptos a este partido.

Pero antes de entrar de lleno al relato, vale la pena mencionar que, antes incluso de que finalizara la Guerra contra la Triple Alianza en un Paraguay ya derrotado, fueron creados dos clubes políticos, que se fueron desarrollando como movimientos meramente electoralistas, pues ya se veía venir una lucha por asumir el poder tras la guerra. Estos serían los antecedentes para la fundación de los dos partidos tradicionales.

O como explica Chamorro: “Era todo muy violento y fraudulento, y al darle estatutos, inclusive doctrina a estos movimientos, la gente se podía acercar para tener algún tipo de proyección. Así es que los partidos políticos comenzaron a englobar diferentes grupos de personas; profesionales, artesanos, inclusive militares, porque en aquella época no estaba prohibido que ellos ingresen a la política. Los partidos organizaron la forma de hacer política en Paraguay”.

Tanto el Partido Colorado como el Liberal sufrieron divisiones profundas en su historia, explica la politóloga Line Bareiro, en un artículo publicado en 2011, “que han ido más allá del mero personalismo”. Y se pregunta: “Si los movimientos internos de la actualidad de los partidos tradicionales del Paraguay han superado el faccionalismo personalista y pueden distinguirse por una diferencia en ideas y en prácticas”.

Los hechos que relatamos a continuación sucedieron apenas 24 años de haber finalizado la guerra y cuando los partidos estaban casi recién estrenados.

Considerando desde nuestro presente actual y la Operación Cicatriz, el “abrazo republicano” es de larga data, comenta Fabián Chamorro.

“De hecho, el primero se dio entre los propios fundadores del Partido Colorado, allá por 1894. Ese año tenía que entregar su gobierno Juan Gualberto González, primer presidente de ese signo político”.

El problema surgió cuando González acompañó la candidatura de José Segundo Decoud, que era su concuñado, y a la vez era odiado por la dirigencia del partido, y por los brasileños, porque Decoud era considerado proargentino.

COIMAS. Cuenta Fabián Chamorro que entonces aparecieron los caudillos militares, por un lado Bernardino Caballero y por el otro Juan Bautista Egusquiza, generales ambos, que dividieron las aguas del coloradismo por una década. Ambos querían ser presidentes en aquel 1894.

Ahí es cuando vuelve a aparecer Brasil, agrega, “que con ‘incentivos’ de por medio coordinó la caída de González, pero de las manos de Caballero y Egusquiza, quienes se dieron el primer ‘abrazo republicano’ para echar un presidente colorado y cobrar los dividendos”.

Sobre el mencionado incentivo, Chamorro explica que el diplomático brasileño en Paraguay le hizo entrega de una coima a Bernardino Caballero, a Patricio Escobar y a Juan Bautista Egusquiza, con la intención de echarle a González, “todo eso está documentado, se pueden encontrar en documentos de la cancillería brasileña”. Por lo que se puede deducir fácilmente que las coimas, los sobornos, la corrupción son para nuestra desgracia de muy larga data.

Los tejes y manejes dieron como resultado que Juan Bautista Egusquiza resultara electo presidente, por el periodo 1894 - 1898, pero acompañado, como vicepresidente, por el sobrino de Bernardino Caballero, el médico Facundo Ynsfrán.

LA BALACERA. Pero como en la vida tiene un final, también se terminó el amor, o la tregua que se había instalado entre los colorados, por lo que este primer abrazo republicano acabó en enero de 1902.

Refiere Chamorro que, cuando Bernardino Caballero derrocó al presidente de la República Emilio Aceval, que pertenecía al grupo de Egusquiza, durante la sesión del Congreso, que debía elegir un nuevo presidente, ocurrió una balacera.

La crónica policial de aquellos días expondría muy simplemente que un balazo impactó de pleno en la cabeza de Facundo Ynsfrán, quien como se mencionó anteriormente era el candidato de Bernardino Caballero para la presidencia, para el periodo 1902-1906.

“No siempre salen bien los abrazos”, puntualiza Fabián Chamorro. Pero añade que los dos partidos tradicionales, desde sus comienzos, siempre tuvieron divisiones. “La diferencia es que en el Partido Liberal la división comienza en su fundación misma, con una disputa sobre sus estatutos; los colorados se dividen circunstancialmente, luego de este hecho en 1894”. La historia, como escribió Carlos Marx, “ocurre dos veces: La primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa”, y como bien señala Fabián Chamorro, no todos los abrazos terminan bien.

“Las reunificaciones nunca duran”

La historiadora Milda Rivarola sostiene que las reunificaciones nunca duran. Y relata que, después de que Alfredo Stroessner hiciera su golpe en 1954, al año siguiente hay una asamblea de reunificación entre los que eran guiones rojos y los que eran demócratas.

“En el siglo XX esa es la primera unidad granítica, porque ellos siempre tuvieron facciones rivales. Pero Stroessner les obliga a una reunificación, aunque después manda al exilio a sus opositores”, recordó.

Epifanio Méndez Fleitas es quien les presenta a los colorados, y les dice este va a ser nuestro candidato, y vamos a apoyarle; y dos años después se deshace de él. En el 55 el Congreso era unicameral, en gran parte mendezfleitista, entonces, tras una gran protesta contra el gobierno, Stroessner manda a gran parte del parlamento colorado al exilio.

Las dos reunificaciones son impuestas, dice Milda. “Tanto la de 1955 como la de Cartes. Él es quien impone la Operación Cicatriz. Pero nunca duran. La reunificación es coyuntural, para la galería nomás”, señaló.

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