Shin, de 61 años, aseguró ante los medios locales que cooperará “plenamente” con la investigación, y pidió disculpas a la ciudadanía por “causar preocupaciones” antes de acceder a las instalaciones de la Fiscalía del Distrito Central de Seúl, informó la agencia local Yonhap.
El empresario es sospechoso de haber dirigido acuerdos irregulares entre filiales del grupo en operaciones de fusión y adquisición, así como de vender activos de ciertas empresas del grupo por debajo de su valor de mercado, según la denuncia.
Los fiscales también creen que pudo cometer un delito de malversación tras recibir anualmente unos honorarios de 10.000 millones de wones (7,95 millones de euros/8,8 millones de dólares) en calidad de miembro de la junta directiva de las filiales japonesas de Lotte.
La fiscalía inició el pasado junio la investigación los supuestos delitos cometidos en el seno de Lotte, y desde entonces han sido llamados a declarar otros altos directivos y miembros de la poderosa familia Shin, entre ellos Shin Kyuk-ho, padre del actual presidente y fundador del grupo.
Lotte, que tiene un amplio abanico de negocios en Corea del Sur y Japón, se ha visto envuelto en una serie de escándalos desde el año pasado, incluidos el aparente suicidio de un vicepresidente y una feroz disputa entre el presidente y su hermano por el control del grupo.
La pugna familiar quedó zanjada el pasado mes de marzo después de que Shin Dong-bin, segundo hijo del fundador, obtuviera el apoyo de la junta de accionistas.