04 jul. 2025

El precursor: Preparad el camino del Señor

Y en este tiempo litúrgico la Iglesia propone a nuestra meditación la figura de Juan el Bautista. Este es aquel de quien habló el profeta Isaías diciendo: Voz del que clama en el desierto: preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.

Plenamente consciente de la misión que le ha sido encomendada, Juan sabe que ante Cristo no es ni siquiera digno de llevarle las sandalias, lo que solía hacer el último de los criados con su señor; para ese menester cualquiera servía. El Bautista no tiene reparo en proclamar que él carece de importancia ante Jesús. Ni siquiera se define a sí mismo según su ascendencia sacerdotal.

No dice: “Yo soy Juan, hijo de Zacarías, de la tribu sacerdotal de...”. Por el contrario, cuando le preguntan: ¿Quién eres tú?, Juan dice: Yo soy la voz que clama en el desierto: Preparad los caminos del Señor, allanad sus sendas. Él no es más que eso: la voz. La voz que anuncia a Jesús. Esa es su misión, su vida, su personalidad. Todo su ser viene definido por Jesús; como tendría que ocurrir en nuestra vida, en la vida de cualquier cristiano. Lo importante de nuestra vida es Jesús.

El Precursor señala también ahora el sendero que hemos de seguir. En el apostolado personal –cuando vamos preparando a otros para que encuentren a Cristo–, debemos procurar no ser el centro”.

Lo importante es que Cristo sea anunciado, conocido y amado: Solo Él tiene palabras de vida eterna, solo en Él se encuentra la salvación. La actitud de Juan es una enérgica advertencia contra el desordenado amor propio, que siempre nos empuja a ponernos indebidamente en primer plano. Un afán de singularidad no dejaría sitio a Jesús.

El año pasado en ocasión de su homilía en el segundo domingo de adviento, el año pasado dijo: “¡Por favor, déjense consolar por el Señor! Misericordia y ternura del Señor, esperanza, consolación, liberación y salvación. ¡Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice su Dios!”. Con la invitación del Señor, a través del profeta Isaías (40, 1), el papa Francisco recordó que el segundo domingo de Adviento –tiempo estupendo que despierta en nosotros la espera del retorno de Cristo y la memoria de su venida histórica– “nos presenta un mensaje lleno de esperanza”.

“Es un ‘bálsamo sobre nuestras heridas’, que ‘habla hoy a nuestro corazón, para decirnos que Dios olvida nuestros pecados y nos consuela’…”.

“El Papa invitó a encomendar ‘la espera de salvación y de paz de todos los hombres y las mujeres de nuestro tiempo’ a la Virgen María, que ‘es el camino que Dios mismo se ha preparado para venir al mundo’”.

En la catequesis del papa Francisco en la audiencia general del pasado miércoles, dijo:.. “La invitación de Jesús a los discípulos: Crucemos a la otra orilla (LC 8,22) era el lema para Centroafricana. “Cruzar a la otra orilla”, desde el punto de vista civil significa dejar atrás la guerra, las divisiones, las miserias, y elegir la paz, la reconciliación, el desarrollo. Pero esto presupone un “cambio” que se realiza en las conciencias, en las actitudes y en las intenciones de las personas.

Y a este nivel es decisivo el aporte de las comunidades religiosas. Por lo tanto he encontrado a las comunidades evangélicas y a aquella musulmana compartiendo la oración y el empeño por la paz.

Con los sacerdotes y los consagrados, pero también con los jóvenes hemos compartido la alegría de sentir que el Señor resucitado está con nosotros en la barca, y es Él quien la guía a la otra orilla.

Quisiera decir una palabra a los jóvenes. Pero hay pocos, porque la natalidad es un lujo, parece, en Europa la natalidad es cero, natalidad del uno por ciento. Y me dirijo a los jóvenes, piensen qué cosa haces de la propia vida. Piensen en esta monja y en tantas como ella que dieron la vida y en tantas que han muerto allá.

Se es misionero no para hacer proselitismo: me decía esta monja que las mujeres musulmanas van donde ellas porque saben que las monjas son enfermeras buenas que curan bien, y no le hacen la catequesis para convertirlas. Dan testimonio, y a quien quiere le enseñan el catecismo…Me dirijo a los jóvenes: piensen qué quieres hacer tú de la propia vida. Es el momento de pensar y pedir al Señor que te haga sentir su voluntad…”.

(Frases extractadas del libro Hablar con Dios, de Francisco Fernández Carvajal, http://www.news.va/es/news/papa-seamos-mensajeros-y-testimonio-de-la-esperanza y http://www.zenit.org/es/articles/texto-completo-de-la-catequesis-del-papa-francisco-en-la-audiencia-general-del-miercoles-2-de).