24 abr. 2024

“El PIB crecerá un 4% en 2020, pero la previsión está muy sujeta al clima”

Proyecciones de la Fundación Desarrollo en Democracia mencionan una recuperación de la economía, sustentada en mejores resultados del sector agroganadero y una fuerte apuesta en la inversión pública.

Mejoría. Acosta Garbarino estima que el precio de la carne tendrá un incremento.

Mejoría. Acosta Garbarino estima que el precio de la carne tendrá un incremento.

Para Dende (Desarrollo en Democracia) el 2020 será un año de recuperación económica con un crecimiento del 4%, empujada principalmente por un clima favorable para el sector agrícola, además de una fuerte apuesta en inversión en infraestructura por parte del Gobierno. Esto será ayudado con una mejora de precio de los commodities y una leve recuperación de Brasil, que beneficiaría al comercio fronterizo paraguayo, según explicó Alberto Acosta Garbarino, presidente de Dende.
Sin embargo, este aclaró que las previsiones económicas están basadas en supuestos, que dependen fuertemente del comportamiento del clima, específicamente el sector agrícola. “Lógicamente, si eso no ocurre (tener buen clima), esa proyección cambia totalmente”, afirma.

–¿Cuál es la expectativa que tienen para el año 2020?

–Lógicamente, cuando uno hace una previsión se basa en algunos supuestos. Para lo que te voy a decir en cifras, el supuesto es que tendríamos un clima favorable para la producción agrícola. Este año tuvimos un clima malo que hizo que la producción caiga fuertemente, entonces, cuando decimos que se va recuperar, estamos basándonos en un supuesto de que el clima va acompañar. Lógicamente, si eso no ocurre, esa proyección cambia totalmente. El segundo supuesto importante es el precio de los commodities, de la soja específicamente, donde hay bastante margen de certeza ya que todo indica que el precio va estar dentro de los valores actuales, en torno a los USD 300 y USD 320 la tonelada. El tercer supuesto tiene que ver con la carne, creemos que la fiebre porcina que tuvo China generará una escasez de carne porcina, pero como este es sustituto de las otras carnes, afecta a los demás. Creemos que habrá una mejoría en el precio de la carne que puede ayudar a la parte ganadera. Por último tenemos el entorno de Argentina y Brasil; Argentina va a seguir complicada el año que viene, con alta inflación y recesión; y Brasil, con una recuperación lenta.

–¿Estos supuestos en qué se traducirían?

–Basados en ese escenario, para nosotros el producto interno bruto (PIB) crecería en 4% en el 2020, en comparación al 2019, que se dividiría en dos grupos, los sectores normales: Comercio, servicios y otros, estarían creciendo en torno al 2,7%; pero el sector agropecuario y el de energía presentarían el efecto rebote con un crecimiento cercano al 9,8%. Esto, en promedio, daría un 4% de expansión en el PIB del país.

–¿Todo depende del sector agrícola entonces?

–El efecto rebote viene por el lado agrícola principalmente, este año cayó y el año que viene se vuelve a la normalidad, no es que creceremos bastante, con que volvamos a los niveles normales tendríamos un efecto rebote bastante interesante. El clima acá es determinante, el único elemento donde hay interrogante, eso puede cambiar toda esta proyección, pero en las otras expectativas (por el precio de los commodities) hay más certeza.

–¿Cuáles serían los efectos de todo esto?

–El año pasado ingresaron menos dólares por problema de la sequía, cayeron las exportaciones, y el año que viene, si se da un buen clima, van a crecer los ingresos de dólares al país, con lo cual se daría una tendencia a la baja en la cotización del dólar a nivel local. Básicamente ese es el escenario que estamos viendo, es una especie de “V”, caímos principalmente por los malos resultados en los sectores agrícola y energía, que nos lleva a estimar un cierre del 2019 con un resultado negativos de 0,5% para el PIB.

–¿Las inversiones públicas en qué medida ayudan?

–Eso es fundamental, también tenemos como supuesto que la inversión pública va a continuar en el 2020, en el ritmo que está previsto. El ritmo que hoy vemos en las inversiones origina el déficit fiscal por encima del 1,5% del PIB, esto (las inversiones), evidentemente ayudará si es que continúa. Esos son todos los elementos; buen clima, mejores precios en la ganadería, la inversión en infraestructura del sector público y un Brasil un poco más dinámico, que favorecerá al comercio fronterizo paraguayo.

–¿Esto se traduciría en mejor dinamismo económico a nivel local?

–Creemos que sí, la economía es un sistema que afecta a todos, sí el sector agrícola repunta su producción, eso implicará un crecimiento en transporte. Este año perdimos más de 2 millones de toneladas de soja que equivalieron a miles de viajes de transporte de carga menos. Si el próximo año se recupera este sector, eso significaría miles de viajes más. Eso a su vez, implicará más dinamismo para el sector combustible, también ayudará al sector servicio vinculado al sector agropecuario, por ejemplo, habrá mayor demanda de comidas, más ventas en restaurantes, supermercados, almacenes, etc. Es una cadena.

–¿Ya no habrá entonces necesidad de volver a solicitar pasar el tope de déficit fiscal, ya que habrá nuevamente dinamismo e ingresos?

–Al contrario, uno de los pilares fundamentales de esta recuperación es la inversión pública, y evidentemente, así como ya está la ejecución este año, creemos que el déficit con el cual se cerrará el 2019 estará en torno al 2,5% del PIB. La única manera que el año que viene entre dentro del 1,5% del límite sería recortando fuertemente la inversión pública. Por eso nosotros creemos que en el 2020 vamos a seguir con un déficit mayor al 1,5% del PIB.


La economía es un sistema que afecta a todos. Si el sector agrícola repunta su producción, implicará un crecimiento en transporte. Este año perdimos más de 2 millones de toneladas de soja que equivalieron a miles de viajes menos.

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