15 may. 2025

El pasaporte sanitario bajo la piel, la propuesta de una empresa sueca

¿Vigilancia o solución frente al Covid-19? En Suecia, un país a la vanguardia de microchips subcutáneos, una empresa ha desarrollado un pasaporte sanitario que puede llevarse bajo la piel.

“Creo que forma parte de mi integridad, llevar un chip y guardar mis informaciones personales para mí”, explica a la AFP Amanda Back, una ciudadana de Estocolmo que utiliza el chip desarrollado por la compañía Dsruptive Subdermals.

“Siento que tengo un mayor control al estar en el interior de mi mano”, agrega esta responsable de un espacio dedicado a las nuevas tecnologías.

Si bien no hay datos públicos sobre de esta práctica, varios miles de suecos se han implantado en los últimos años este dispositivo electrónico bajo la piel para reemplazar llaves, tarjetas de visita, billetes de tren... y en el caso de algunos, su certificado de vacunas.

El país escandinavo es uno de los bastiones de los “biohackers”, quienes consideran este tipo de soluciones el futuro de la humanidad pese a los recelos que suscitan para muchas otras personas.

En Suecia existe un creciente interés en esta tecnología. Son muchas las personas que solicitan un implante en el pulgar para ingresar a sus hogares, pagar el transporte público o ingresar al gimnasio deslizando la mano sobre un escáner digital.

argumentos a favor. Más ventajas, según sus defensores: “Un microchip implantado cuesta unos cien euros en el caso de las versiones más avanzadas, comparado con las pulseras inteligentes, que cuestan generalmente el doble; un implante puede durar 30 o 40 años, mientras que una pulsera dura 3 o 4 años”, aduce Hannes Sjoblad, máximo responsable de Dsruptive Subdermals, para quien el pasaporte sanitario es solo uno de los ejemplos de aplicaciones posibles de este dispositivo.

“Tengo un implante de chip en mi brazo, y he programado el chip para que tenga mi pasaporte Covid en el chip, y la razón es que siempre quiero tenerlo accesible”, agregó.

CERTIFICADO DIGITAL. Sjoblad demostró para la AFP cómo era posible escanear el chip con su teléfono para abrir un PDF que mostraba todos los detalles de su Certificado Covid digital de la UE, un pase algo similar a la tarjeta de vacunas de EEUU. Indica que uno está inoculado contra Covid-19, o que la persona ha sido examinada con resultado negativo.

“Esto significa que siempre es accesible para mí o para cualquier otra persona que quiera leerme. Por ejemplo, si voy al cine o a un centro comercial, la gente podrá comprobar mi estado incluso si no tengo mi teléfono”, dijo

El empresario, que se dice “muy preocupado” por las cuestiones de privacidad, observa no obstante “con gran inquietud” que mucha gente vea los implantes con miedo, “como una tecnología de vigilancia”.

Los microchips “no tienen batería y no pueden transmitir señales por sí mismos, no pueden decir dónde te encuentras y solo se activan en contacto con un smartphone. Por lo tanto, son básicamente pasivos. Se sientan allí dormidos”, agregó. “Nunca pueden decir tu ubicación, solo se activan cuando los tocas con tu teléfono inteligente, por lo que esto significa que no se pueden usar para rastrear la ubicación de nadie”, insistió asegurando que defiende su uso exclusivamente voluntario y que si alguien intentara hacerlo obligatorio, él se opondría.

“Es fácil actualizar el implante, puede usar una aplicación en su teléfono para cambiar lo que está en el chip. Entonces puedo agregar nueva información al chip todos los días - ayer era mi Linkedin, hoy es mi certificado Covid, mañana podría ser otra cosa”, dijo Sjoblad. Por otra parte, Dsruptive Subdermals también ha creado otro implante de chip que puede medir la temperatura corporal en personas y servir como sensor de temperatura escaneable.