Señor director: He leído en la edición del periódico a su cargo, de fecha 25 de agosto del 2008, la columna de Carlos Talavera que la Asociación de Empresarios Cristianos (ADEC) auspicia
El escrito del señor Carlos Talavera me llenó de tristeza. Carlos Talavera es hombre de confianza de la Iglesia Católica y sus puntos de vista son totalmente opuestos a la Doctrina Social de la Iglesia.
Ahora bien, si usted me permite, aquí le respondo, en dos entregas (esta es la primera) para que se publique en días sucesivos para que sus lectores puedan comprender los puntos equivocados del amigo Carlos Talavera.
El campo económico-social al igual que otros rubros de la vida humana, se mueve dentro de la ética; particularmente, la economía no puede desentenderse de la virtud cardinal de la justicia.
Pues bien, afirmar que el mercado y el lucro, la ganancia, no necesitan correctivos porque funcionan espontaneamente, es neoliberalismo. Tal postura la Iglesia la admite con reservas, porque el mercado no soluciona en todos los ámbitos de la vida humana, como lo afirmó el Papa Juan Pablo II. Por otra parte, en la mentalidad cristiana la autoridad estatal debe intervenir en el campo económico-social; pero, su incursión en dicho campo no es discrecional, sino debe ser de carácter racional y limitado.
Igualmente, no debe ahogar en modo alguno las iniciativas individuales y la de los cuerpos intermedios y, por el contrario, la autoridad estatal debe facilitar, ayudar, promover y crear el ambiente y el cuadro que favorezca las iniciativas privadas, siguiendo el gran principio de subsidiariedad (no confundir esta palabra con subsidios que es otra cosa).
En cuanto a los principios de Adam Smith que menciona Carlos Talavera, debemos decir que en el punto de vista de este economista y filósofo mediocre en la compraventa, una de las partes debe salir perdidosa como lo explicó el Dr. Pavón en el curso que dio sobre Liberalismo en la Fundación “Libertad” cuyo presidente es el senador Jaeggli. Pues bien, esta afirmación de Smith que acepta el liberalismo no es otra cosa que las transacciones económicas deben hacerse en libertad pero sin justicia, dando paso así al robo por violar la justicia comunicativa.
En cuanto a las quiebras de las empresas y pérdidas individuales que impone el mercado según el escrito de Carlos Talavera obedecen a leyes inexorables como las físicas que rigen a las estrellas, y rechazar las mismas es producto de una fe reductiva y moralista.
Olvida el amigo Carlos Talavera que las leyes del campo económico social no anulan la libertad ni la responsabilidad humana; y las precitadas leyes económicas no son idénticas a las leyes físicas en donde la estrella por su cuenta puede variar su itinerario.
Al llegar a este punto, quiero manifestar cuanto sigue: Alemania, después de la segunda guerra mundial (1939-1945) quedó devastada por los bombardeos de las potencias aliadas. Subió, entonces, la democracia cristiana en el poder a cuyo frente estaba el canciller Conrad Adenauer y su ministro de Economía el profesor Ludvig Erhard que llevó a Alemania a una prosperidad inédita a tal punto que la opinión pública llamó a dicho auge “el Milagro Alemán”.
Sin embargo, los pensadores alemanes, a dicho auge no le llamaron Milagro porque se podía explicar perfectamente por causas naturales. Tengo un folleto de un miembro prominente de la Democracia Cristiana alemana, Peter Molt, que en Venezuela hace años dio una disertación explicando el auge alemán que me permitió ofrecer al amigo Carlos Talavera una copia mimeografiada.
Prof. José María Sosa Taboada
CI 52.712
CARTA AL VICEPRESIDENTE
Con todo respeto, deseo referirme a las expresiones del vicepresidente de la República, Federico Franco, al criticar las violaciones a la Constitución Nacional en el Congreso Nacional. Por más que sea vicepresidente aparece casi siempre en actos católicos de alguna manera, o al lado de los sacerdotes u obispos, con la clara intención de mostrar al pueblo una “figura” como católico.
Pero, por aquello de “por sus obras les conoceréis o por sus dichos”, el citado vice demuestra que no es católico, o por lo menos que no conoce lo que se enseña dentro de nuestra religión.
En efecto, Dios es infinito, por lo tanto su poder no tiene límites.
¿Cree el señor vicepresidente que nuestro Señor Jesucristo permitiría tal extremo? No cabe en nuestra mente un disparate de esa naturaleza y menos aún “intentar siquiera” lo que propuso el vice.
¿Quién se atrevería a tocarla? Ni siquiera los protestantes que tanto procuran maltratarla dicen esos “disparates”, que no cabe en un vice y que yo no me atrevo a transcribir siquiera aquí.
¿Cree que Nicanor, aún siendo de supuestas raíces o tallos, Galaverna u Oviedo, o González Quintana podrían siquiera mirar a nuestra Madre?
Si está en la mente de ellos o del vice, es que estamos en un momento delicado de nuestra religión, donde los mandatarios dicen disparates.
Señor director: no puede salir lo que no entró. Luego, si salió de la mente del vicepresidente es porque está dentro de su mente ese disparate.
Sería bueno que aclare a la opinión pública que no es parte del show, montado por los citados antecedentemente y que fiel a su partido, no solo pida “la ida a su casa” de los mismos, sino que como autoridad disponga que los mismos vayan a la cárcel, como corresponde, y que es lo que el sufrido pueblo paraguayo desea desde hace ya mucho tiempo.
No debe realizar peticiones que no serán oídas.
Como autoridad, si es que está consciente de ello, debe disponer, ordenar sumarios y las sanciones que correspondan.
Es de ellos creer que con “amenazas” van a portarse bien.
Pido, pues, que el vicepresidente rectifique sus expresiones y pida disculpas y no que salga a decir: “Dijeron que dije, pero no dije”. De todo lo cual estamos cansados y, lo peor, que se culpe luego a los pobres periodistas que no tienen otra culpa que la de cubrir lo que dicen los disparateros.
Antonio Acuña Díaz
Abogado
¡QUE SE DEJEN DE JODER, POR FAVOR!
Evidentemente todo esto no forma parte sino de los últimos pataleos de ahogado que están dando quienes el 20 de abril recibieron el peor de los castigos: el voto en contra.
Los nuevos tiempos que vivimos ya no son favorables a los golpes de Estado y por suerte las Fuerzas Armadas de la Nación han demostrado estar plenamente institucionalizadas.
Nicanor Duarte Frutos y Lino Oviedo deben dejar de joder e irse a sus casas, por la salud de la nación y de ellos mismos.
Beatriz Lezcano