28 mar. 2024

El mundo impone, pero también abre puertas

Hace varios gobiernos que el Paraguay mantiene en su lista de “tareas pendientes” llegar al grado de inversión. Es el sueño de muchos, pues se estima que esta calificación permitirá una entrada de capitales tan grande que cambiaría el horizonte empresarial, posibilitando financiar a bajo costo proyectos hasta hoy inviables.

El Estado no llega al grado de inversión no porque su aspecto financiero no califique, sino porque la débil institucionalidad no convence a los extranjeros. El funcionamiento y el accionar de las instituciones que deben de regular adecuadamente el mercado, garantizar una justicia rápida e imparcial, evitar abusos y asegurar una competencia leal con reglas claras, no son creíbles. La reprobación viene por el aspecto de una incapacidad de “gestión”.

El Estado es históricamente producto de la sociedad donde se encuentra. El mismo aspecto de fragilidad que se observa en la gestión pública también se ve en la gestión privada, en la informal gobernanza corporativa, la falta de rigurosidad en sus controles internos, en la baja eficiencia de sus recursos humanos, etc. Es cierto que la gestión privada es mejor que la gestión pública, pero ninguno llega a cumplir los estándares globales que hoy se exigen.

Para merecer una oferta de financiamiento estándar grado de inversión, o una oferta de venta parcial de acciones para incorporar un socio internacional a la empresa familiar, existen una serie de condiciones que actualmente pocos podrían calificar. ¡Hasta ni siquiera son conscientes de que ya las deberían de estar practicando, incluso las que aún no se exijan aquí! Dicen que la suerte es cuando la oportunidad se encuentra con la capacidad, énfasis en que la capacidad debe de existir primero. Aquí estamos acostumbrados a que cuando se nos presenta la oportunidad, hacemos todo tipo de promesas futuras. Pero el que nos visita solo mirará el pasado, en búsqueda de sucedidas evidencias de cumplimiento.

Una empresa que califique para la oportunidad ya tiene un sistema contable impecable, en un software robusto y auditable sin discrepancias, con criterios consistentes en el tiempo, generando información gerencial veraz. Ya se relacionan estratégicamente con sus proveedores en lugar de solo comprar barato de ellos. Ya se autoimpone normas internacionales de calidad, aunque que su sector local no las exija. Está innovando mucho antes de que sus productos/servicios se vean amenazados y pierdan rentabilidad. Tiene implementado sistemas de cumplimiento que mapean riesgos para saber con quienes hacer y no hacer negocios. Sus recursos humanos ya son capacitados constantemente, con baja rotación y alto sentido de pertenencia. Sus valores morales son sólidos y manifestados en todas sus acciones, pues entienden que el 75% de los consumidores compran de empresas con quien comparten sus valores. Sus accionistas se comportan éticamente en todos sus aspectos profesionales y personales, y todos quieren hacer negocios con ellos. Ya se rigen por pautas que podrían ser idealistas en nuestro rudimentario ambiente, pero son condiciones absolutamente necesarias para relacionarse con el mundo exterior.

Los recursos de deuda vendrán a su vez acompañados de inversionistas de capital buscando inversiones patrimoniales. Estos vienen con la mente condicionada a cumplir legislaciones extranjeras, leyes que aumentan el criterio del cuidado con que esas marcas analizan al candidato paraguayo.

Entonces al hacer todo esto antes de que sea necesario, comportarse decentemente antes de ser visto, ser prolijo y exigente consigo mismo antes del examen, es la mejor forma de que las oportunidades no nos sorprendan. Y haciendo eso nos va a ir mucho mejor siendo o no grado de inversión.