La pandemia del Covid-19 hizo que el sistema sanitario del Paraguay pegara un salto inusitado en materia de infraestructura, equipos y, en especial, camas de unidad de terapia intensiva (UTI).
De marzo a octubre, se logró un crecimiento que supera prácticamente a lo acumulado en 20 años en el sistema público de salud. En siete meses se sumaron cerca de 300 camas UTI y 5.100 trabajadores de salud contratados durante el asedio pandémico. Esto vino a saldar, en parte, el déficit de 12.000 recursos humanos que arrastraba el Ministerio de Salud Pública (MSP). “Todo lo que crecimos hasta hoy –en pandemia– era nuestra proyección de crecer entre el 2020 y el 2021. Eso se adelantó todo”, dice la Dra. Leticia Pintos, directora de Terapias y Servicios de Urgencias Hospitalarias del MSP. Sostener el año próximo todo lo conseguido en esta época, costará más de USD 150 millones. Y de dónde saldrán esos fondos, aún no están seguros. La Ley de Emergencia Sanitaria permitió conseguir recursos mediante el préstamo con crédito público, pero no preveía su sostenibilidad, según lo admitió el ministro de Salud, Dr. Julio Mazzoleni. En diálogo con integrantes de la Comisión Bicameral del Congreso, contó que vio buena predisposición en el Congreso Nacional. De 304 camas UTI que había en enero pasado, hoy hay 601. La doctora Pintos cuenta que en el transcurso de este mes y el próximo se duplicará lo que había a inicios de este año: “Con las de Paraguarí –donde se habilitarán ocho camas esta semana– ya se va a duplicar. En Misiones y Ayolas están terminando obras de ampliación para terapia. En la primera había siete camas, ahora se va a ampliar a 12 camas. Para terapias neonatales se habilitarán en diciembre ocho camas en Caacupé, Luque y Concepción. Entre los tres son 24 camas más”, enumera lo que en total darían 337 camas UTI a fines de diciembre. Además, indica que hay una obra en curso de terapia para Villa Hayes, pero resta saldar la falencia de especialistas en esa zona. Pintos ensaya que el cálculo mínimo, a saber lo que se precisará para la sostenibilidad de la obra, debe resultar de la siguiente ecuación: entre G. 5.000.000 a G. 7.500.000 por cada cama, durante 365 días; solo en medicamentos, insumos y el mantenimiento de los equipos. Si solo se toma en cuenta las 300 camas UTI que se incorporaron este año, harían falta para 2021 G. 547.500.000.000. Emma Martini, directora de Recursos Humanos del MSP, dice, a su vez, que para sostener los contratos por contingencia necesitan G. 287.000.000.000, para al menos 5.100 contratados. A esto, se debe sumar, el crecimiento –ya presupuestado– de G. 258.000 millones, para compra de fármacos e insumos. En total, más de USD 150 millones se precisarán para sostener el milagro que produjo la pandemia del coronavirus. “Esto hay que sostener. Vos no podés abrir una cama de terapia intensiva y cerrarla después. Y lo que queda, esa fortaleza, es la necesidad de siempre. Entonces, si se mantiene todo esto ya no vamos a pasar por esa historia de que falta cama, de que se le llama a la prensa porque no encuentran. Todo eso vamos a subsanar”, sostiene la directora de Terapias.
NUEVO VIRUS DEL SIGLO
DESAFÍO. Se precisan USD 150 millones para más de 300 camas UTI y 5.100 nuevos contratos, en 2021.
INÉDITO. Lo que se proyectaba crecer en dos años, en Salud se logró en siete meses por la pandemia.
Ojalá nos den todo lo que necesitemos porque sostener esto no va a ser fácil (...) Si se mantiene todo esto, ya no vamos a pasar por esa historia de que falta cama, de que se le llama a la prensa porque no encuentran.
Dra. Leticia Pintos,
directora de Terapias y Urgencias Hospitalarias del MSP.