08 ago. 2025

“El liderazgo es saber elegir a la gente con quien se va a trabajar”

Con los afectos.  Junto a sus grandes afectos: la foto de su padre y  varios aviones miniaturas.

Con los afectos. Junto a sus grandes afectos: la foto de su padre y varios aviones miniaturas.

Por Miguela Lombardo

mlombardo@uhora.com.py

Jorge Díaz de Bedoya es un empresario con empresas de diversos rubros, pero con más trayectoria en el campo de la aviación y la logística aérea. Se formó en Economía en la Universidad de Nuevo México, Estados Unidos, donde conoció a su esposa, Kim. Al volver a Paraguay trabajó con su padre y creó con su primo Remigio Bazán la agencia Compartur, que trabajó con representaciones aéreas; en forma paralela fundaron también Interfisa Financiera hace 35 años. Su trayectoria en el rubro aéreo le valió el ofrecimiento para presidir el directorio de Líneas Aéreas Paraguayas SA (Lapsa), donde encontró grandes obstáculos para levantar la compañía. Hoy, con ayuda de su hijo Gabriel, dirige un holding de empresas donde están Interfisa Financiera, Logística, Congresos y Eventos, Consorcio Aviation, Consorcio Travel, Consorcio Cargo Logistic y Codesa, donde es accionista.

–¿Fue Lapsa el mayor obstáculo que enfrentó?

–Pasa que ahí era diferente porque el propietario era el Estado; en Interfisa es totalmente privado y tuvimos muchos desafíos para superar, pero lo hicimos porque teníamos un buen director, un equipo excelente de profesionales, liderado por Darío Arce. No quiero decir que fue fácil; para ninguna empresa salir adelante es fácil, sino es sacrificio, dedicación y profesionalismo.

–¿Es fácil hacer empresa en Paraguay?

–Creo que en todas partes del mundo no se puede decir que sea fácil o difícil, porque cuando uno va a hacer algo, siempre hay desafíos y estos son o difíciles o fáciles y hay que estar ahí, hay que saber. Cuando uno se larga a un emprendimiento, sabe que va a encontrar obstáculos, más que camino abierto, pero uno se prepara para eso, estudia. A veces se fracasa, otras se triunfa y después uno hace el balance de todo eso y creo que en cuanto a eso no me puedo quejar de la vida. Especialmente de los equipos que me ayudaron.

–¿Cuesta manejar un holding tan diversificado?

–Creo que el secreto es saber elegir a las personas, porque uno solo es muy limitado lo que puede hacer. Considero que el liderazgo es saber elegir a la gente con quien trabajar; la gente que trabaja conmigo es de primera, le tengo a mi hijo y a otras personas que nos acompañan desde hace años, como el Dr. Arce, en la parte financiera. Además, hoy en día es mucho más fácil por la facilidad de la comunicación con el teléfono e internet.

–¿Qué opina del cambio de la percepción que se tiene del país desde afuera?

–Creo que es difícil no admitir que Paraguay está progresando en los últimos años, que se está convirtiendo en un centro donde los inversionistas están mirando con atención, inclusive invirtiendo y buscando oportunidades. Paraguay está proyectando una imagen totalmente distinta en los últimos años y los resultados macro y financiero se ven.

–¿Qué hacer para que eso llegue al pueblo?

–Te digo una cosa: los paraguayos somos muy impacientes, estamos acostumbrados a hacer las cosas hoy para tener resultados mañana, pero resulta que los resultados en un país son de 10, 15 y 20 años para hacer una transformación; hasta en una empresa se hace un plan de cinco años. Si hoy tenemos un buen gobierno y el siguiente es bueno también, es una etapa de lo que todavía necesitamos. Entonces, la paciencia lo que nos hace falta y ver que vamos por el camino correcto.

–¿Entonces es cuestión de tiempo?

–Hay un refrán que dice: “La mejor manera de combatir la pobreza es creando riqueza”. Acá todos hablan de la educación, de la salud, pero para eso hace falta dinero; entonces hay que crear los fondos y los recursos para poder ofrecer. No podemos empeñar el país, como hacen otros países, para dar educación y salud que nos gustaría de entrada, porque hay que crear recursos para mantener eso. Ahora, hay una cuestión que es nuestro cáncer y que hay que ir erradicando: la corrupción y la deshonestidad. Que la honestidad sea una condición sine qua non del individuo, sea estudiante, policía, presidente, etc.

–¿Qué hacer para que el país despegue de una vez?

–Que funcione la Justicia. En este país no hace falta que tengas abogado, tenés que tener dinero nomás y punto. Ese es el problema de la corrupción, de la pobreza, de la educación, y el problema y cáncer que corroe nuestro país, y esa no es una responsabilidad ni del presidente ni de otras personas, es responsabilidad de todos los paraguayos.

–¿Qué tan bueno es tener una población joven?

–Es una maravilla, pero si esa población joven va a educarse, si va a encontrar un ámbito donde funcione la Justicia, será una población que va a gozar de todo lo que el Estado le pueda dar: educación, cobertura de salud, seguridad para sus bienes y su persona.

–¿Qué satisfacción le da mirar hacia atrás y ver el recorrido que hizo?

–En realidad, mirando atrás y después mirando al frente creo que lo único que tengo es mucho optimismo. Un refrán de Octavio Paz dice: “Todo tiempo pasado fue mejor”, pero yo creo que el tiempo mejor es el que está por venir. Tenemos que tener fe en lo que hacemos y optimismo; tenemos que saber de que es difícil, que vamos a tropezar con miles de cosas, pero son cosas que están ahí para ser superadas.

–¿Una reflexión final?

–Estamos en un hermoso país, pero los habitantes tienen que saber que viven en un hermoso país, porque como ensucian las calles, los ríos, como ensucian todo, querés llorar. No existe un intendente, sea quien sea, que limpie la ciudad si al día siguiente hay 700.000 paraguayos tirando basura en la calle y eso es porque no hay castigo. Al que tiró el papel en la calle, le deben parar y cobrar una multa, y si no quiere pagar, que limpie dos kilómetros al costado de la calle. Una vez nomás le tocás el bolsillo a la gente y aprende.