06 sept. 2025

El grito que molesta

La oración es «un grito» que no teme «molestar a Dios», «hacer ruido», como cuando se «llama a una puerta» con insistencia. Refiriéndose al pasaje del capítulo 9 de Mateo (27-31), el Papa centró la atención ante todo en una palabra contenida en el pasaje del Evangelio «que nos hace pensar: el grito». Los ciegos, que seguían al Señor, gritaban para ser curados. «También el ciego a la entrada de Jericó gritaba y los amigos del Señor querían hacerle callar», recordó el Santo Padre. Pero ese hombre «pidió una gracia al Señor y la pidió gritando», como diciendo a Jesús: «¡Hazlo! ¡Yo tengo derecho a que tú hagas esto!».

«El grito -explicó el Pontífice- es aquí un signo de la oración. (…) Y precisó que es el Señor mismo quien lo dice, sugiriendo rezar «como el amigo a medianoche, como la viuda al juez». Por lo tanto, rezar «es atraer los ojos, atraer el corazón de Dios hacia nosotros».

«Así, Jesús -afirmó el Pontífice- nos enseña a rezar». Nosotros, habitualmente presentamos al Señor nuestra petición «una, dos o tres veces, pero no con mucha fuerza: Y luego me canso de pedirlo y me olvido de pedirlo». En cambio, los ciegos de los que habla Mateo en el pasaje evangélico «gritaban y no se cansaban de gritar».

(Frases de http://www.vatican.va).