01 nov. 2025

El descontrol del año preelectoral

Tal vez por ser un año preelectoral, por establecer medidas denominadas “populistas”, por intenciones en beneficio del sector político ante el uso indebido de recursos o simplemente por la desidia e inoperancia del Gobierno, surgen como un alud de reclamos ciertas cuestiones que, de ser aprobadas u otorgadas sin el debido análisis, podrían dejar a nuestro país aún más al borde del déficit económico. Esto tal como se observa en la declaración final del personal técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) realizado recientemente, así en cuanto al gasto público indican: “El sector público del Paraguay gasta más en salarios como porcentaje del gasto total comparado con otros países de América Latina, lo cual deja menos espacio para la inversión pública y servicios sociales. Cerca de 80 por ciento del gasto en salarios corresponde a los sectores de salud, educación y seguridad. Los riesgos fiscales de una Caja Fiscal no reformada, así como de empresas públicas con supervisión deficiente, son sustanciales. Un diagnóstico de la gobernanza del año 2020 preparado por el FMI con la participación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a ser publicado en breve, realizó recomendaciones que serían abordadas por una serie de reformas sobre las que el Gobierno ha trabajado en los últimos años. Ellas se enfocan en anticorrupción, compras públicas, responsabilidad fiscal, reforma del servicio civil, reforma de las pensiones y su supervisión, así como una reforma de la estructura del estado para reducir la fragmentación de las principales funciones del gobierno y mejorar la coordinación, supervisión y el control. Sin embargo, los avances hacia su implementación han sido lentos e insuficientes, incluso en la discusión de proyectos de legislación enviados al parlamento”.

María del Pilar Callizo

En clara alusión a este informe pueden fácilmente citarse situaciones muy recientes que confirman plenamente la forma en que está siendo direccionado nuestro país: suscripción de acuerdos sobre reajuste salarial del 15% para todos los funcionarios públicos; subsidio al combustible; proyectos de ley que buscan reducir o limitar las tasas impositivas, como el régimen de exportación para las ciudades de frontera, la eliminación de los impuestos selectivos a los combustibles, la deducibilidad del IVA para ciertos bienes y servicios y la eliminación del IVA de la canasta básica, etc., todas consideradas como propuestas favorables a la ciudadanía o a determinados sectores, pero que en un análisis más profundo y a futuro repercutirán en la economía de todos los habitantes del país.

En el caso del proyecto de ley: “Que crea el Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles derivados del petróleo y establece medidas transitorias de contingencia para la importación del Diésel/Gasoil Tipo III/Tipo C y de la Nafta Virgen, para todas las empresas importadoras de combustibles”, se estaría endeudando al país con un préstamos de USD 100 millones a través de la Corporación Andina de Fomento (CAF), para subsidiar combustible por un plazo inicial de tres meses que puede ser ampliado o reducido.

Llama la atención el hecho de que esta propuesta de ley aprobada por la Cámara de Senadores cuente con el visto bueno de los honorables solo dos semanas después de que los mismos hayan rechazado un proyecto similar, tal vez por la falta de regulación adecuada del proyecto de ley o de algún incentivo como ya nos tienen acostumbrados nuestros legisladores ante cada proyecto, donde literalmente cada voto vale “oro”.

Con el mismo amague fueron sorprendidos los funcionarios del sector público quienes en el mes de marzo se ilusionaban con la firma del primer acuerdo sobre; reajuste salarial del 15% para todos los funcionarios públicos, desprecarización de funcionarios contratados, modificación del horario laboral, reposición de los beneficios adquiridos por cada institución para sus funcionarios entre otros puntos, suscrito por el propio vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, solo para que en el mes de abril este terminara confirmando que en realidad no corresponde este aumento y que el acuerdo suscrito únicamente tenía efectos de compromiso a consultar ante el Ministerio de Hacienda sobre la posibilidad del incremento salarial para este sector.

Ante todos estos escenarios, resulta difícil determinar si se trata de una especie de sondeo del sector político para testear el ambiente y asegurar algunos votos con esta medidas o si realmente existe un total desinterés de nuestros “representantes” por el futuro del país, que en ambos casos resulta alarmante.