RETO DOBLE. La pandemia es fuente de miedo, preocupación y estrés para muchos trabajadores de blanco. Pero ser médico y además madre implica un reto doble. Estar en primera línea de batalla contra el Covid-19 es un gran temor con el que tienen que lidiar las madres profesionales. Un ejemplo de compromiso es el de María Alejandra Torres, una bioquímica clínica que presta servicios en el Ministerio Público como jefa del departamento Químico Biológico y en el laboratorio del IPS. La profesional es madre de la pequeña Emma, de 6 años, y cada día toma las precauciones para proteger la salud de su familia. “Siempre me preocupé por la bioseguridad de mi familia, de mi hija, a quien con 4 meses ya dejaba para hacer guardias y estar expuesta trabajando en el laboratorio de un hospital; hoy en día esa preocupación se dobla”, dice la trabajadora de blanco.
María Alejandra es una apasionada por su trabajo, y su familia la entiende y apoya. Ella siempre está en busca del balance entre ser médica y madre. “Al elegir esta profesión supe que exigía mucha entrega, y hoy en día lo entiendo perfectamente. Pero me permito ser mamá y profesional a la vez”, expresó.
Desde que inició la cuarentena la bioquímica no ve a sus padres, que son de alto riesgo, por temor a contagiarles. “Extraño a mis padres, pero ellos comprenden que mi aislamiento es por el bien de ellos, pero sé que pronto pasará todo y volverán los abrazos”, menciona.
EL DÍA ESPECIAL. Como cada año, la médica pasará el Día de las Madres haciendo guardia en su lugar de trabajo, pero antes se permitirá pasar por la casa de su madre para saludarla y entregarle un obsequio, por supuesto, tomando todas las precauciones correspondientes. “Ese día compartiré con mi familia y luego pasaré a saludar a mi mamá y a mi hermana. También es un día que recordaré a mis dos abuelas a quienes perdí recientemente y extraño mucho”, concluye.