“Mucha impotencia y sentimientos encontrados”. Con estas palabras, Olga, quien encabeza la Asociación de Víctimas del Dengue, describe la sensación que la embarga en estos momentos en los que se inicia de nuevo la epidemia causada por el Aedes aegypti.
Su preocupación tiene más que fundamento: En enero de 2007, su hija Andrea fue llevada al sanatorio para ser tratada por la enfermedad. “Se le atendió como si fuese dengue común, pero era el grave”, cuenta.
Andrea fue llevada dos veces al centro asistencial para la consulta. En la segunda, su situación había empeorado. Recuerda que cuando ingresó tenía 38.5° de fiebre. Durante cinco horas la joven aguardó un tratamiento específico y no se lo dieron. En ese lapso de tiempo la fiebre llegó a los 42°. Convulsionó dos veces y luego falleció.
Esta nueva amenaza la encuentra cuidando a una nieta de ocho años que también padece de la enfermedad. Olga ve algunos avances en estos años como el protocolo para tratar la afección por el virus del Aedes, pero el miedo siempre está presente. Cuenta con pena sobre todo lo que tiene que enfrentar una familia cuando algún integrante padece de este flagelo. Sobre todo el temor por las secuelas que puede dejar.
Desde la asociación que preside habla de personas a las que el dengue incluso les despertó un cáncer dormido de próstata. Otros viven enfrentando problemas hepáticos como efecto colateral.
Hoy clama que el Ministerio de Salud cuente con plan a corto, mediano y largo plazo para estas situaciones. Reconoce de igual modo que la ciudadanía debe hacer su parte en la eliminación de criaderos. Pero también los municipios para recoger las basuras.
La referente de las víctimas del dengue recordó que durante el segundo ingreso de su hija al sanatorio, este no contaba con insumos de emergencia, no disponían de paracetamol. Insta a que el Ministerio tome los recaudos necesarios para no pasar por una situación similar y no tener que lamentar la pérdida de otras vidas y que más familias sean desmembradas.
La responsabilidad es 50% del ciudadano que debe eliminar criaderos y 50% de las autoridades que deben recoger los desperdicios en sus municipios.
Olga Torres,
Aso Víctimas del Dengue.