Marisol Ramírez
El arte es utilizado como herramienta terapéutica hace tiempo por profesionales de la salud mental, ya sea desde el acto de elaborar arte o desde el uso de las producciones audiovisuales (películas, documentales), como herramienta terapéutica o proceso relacional vinculante, para trabajar una situación.
El siquiatra Martín Moreno explica que una película puede resonar de diversas formas en el espectador al contemplar la trama, y relacionarla con su propia historia, o la problemática actual. “Esa resonancia moviliza en forma empática a la persona que observa la cinta, e influyen de alguna manera, haciendo que pueda reflejarse en el personaje o en la resolución del problema”, explica. El profesional considera que este hecho hace sentir al espectador, “acompañado”. Sin embargo, lo más importante es el comentario posterior del largometraje. “No pasa solo por quedarse con las resonancias, sino por la elaboración de estas, y poder compartirlo”, expresa. Dicha elaboración tiene lugar cuando el espectador comenta la cinta con una o más personas, sean amigos, colegas o compañeros de terapia. “Se comentan acerca de la trama y su relación con la realidad”, refiere. Si bien el mensaje de una cinta es importante, para el siquiatra Moreno, esto no es lo fundamental, sino “cómo impacta en la persona la cinta, a qué reflexión le mueve acerca de su historia, o problemática que está atravesando en ese momento”. Compartir la reflexión de las resonancias o insights (darse cuenta) con otros es lo que sana, compartir con otros lo que uno se da cuenta a partir de la identificación con una historia o personaje de una película en el videodebate es lo que suma al utilizar esta herramienta en la terapia. MODALIDAD El paso a paso para usar la estrategia de intervención terapéutica videodebate: primero se forma un grupo de amigos, se elige una cinta y cada quien la ve en su casa (debido al modo Covid-19 de vida). Al verla, se anotan en una libreta los aspectos más impactantes. Al término, todos se encuentran en una reunión virtual usando plataformas que permitan contactos grupales (como Zoom o Google Meet), y se comparten los apuntes o apreciaciones. Se comparten los aspectos de la película, cronología, hitos que impactaron, “lo que les parece que sucedió, qué les hizo recordar, con qué experiencias personales relacionan los eventos, y qué aprendieron de la trama”, detalla Martín Moreno. “Es un aprendizaje reflexivo a partir de un disparador: la trama de la película. Recomiendo La cabaña, porque interpela acerca de lo que es sicotrauma, perdón, experiencia mística, da para muchos aspectos que tocan creencias personales”, sugiere Moreno.
El siquiatra Martín Moreno propone ir más allá del disfrute personal de una película y compartir reflexiones para retomar los contactos grupales.
Desde la óptica sicológica
Al atravesar ciertos estados de ánimo, la persona tiende a identificarse con temáticas o personajes de películas o series. “Si estoy enamorada, o atravieso un quiebre sentimental, elijo más cintas románticas, pues me identifico con ellas”, explica Celestre Estrada, sicóloga.
Para la profesional, la idea del cineasta es despertar emociones con las que la persona se identifica. “En un proceso terapéutico, una película se usa como herramienta de enseñanza, la persona ve que no es la única con tal situación o momento difícil, y hasta observa cómo el protagonista resuelve el problema, y le da ideas para resolverlo en su propia vida”, reflexiona.