La postulación de esta manifestación cultural, que comprende un estilo de música y danza propios de Corrientes y Nordeste argentino, se había realizado también en el 2018 para que integrase la lista representativa. Sin embargo, la XIII Asamblea de la Unesco objetó la propuesta. El Comité Evaluador, una instancia previa a la Asamblea, consideró que faltaban algunas cuestiones técnicas. No existía, a nivel nacional, un catálogo de bienes culturales intangibles en los que el chamamé estuviera inscripto: antes de ser universal debía ser local.
Esta música y baile comunes en las celebraciones comunitarias, festivas y religiosas en la provincia argentina de Corrientes compitió con 39 expresiones culturales de otros países, entre ellas el reggae de Jamaica, las parrandas cubanas, las tamboradas españolas y el mwinoghe, danza de júbilo de Malawi. En su origen, la música y las letras de las canciones del chamamé eran las de cantatas religiosas interpretadas en la lengua autóctona de la región, el guaraní, pero actualmente se transmiten en dialecto yopará, mezcla de guaraní con el español.