14 oct. 2025

El buen samaritano

Hoy meditamos el Evangelio según San Lucas 10,25-37.

“¿Qué puedo hacer para heredar la vida eterna?” El amor ha de ser visible y tangible. Como dice el papa Francisco el amor es vida concreta: Intenciones, actitudes, comportamientos que se verifican en el vivir cotidiano.

La conversación entre Jesús y este doctor de la ley encaja bien en el tipo de diálogos habituales entre los maestros de Israel. Jesús no responde directamente a la cuestión que le plantea, sino que le pregunta qué respuesta daría él mismo acerca de qué hacer para heredar la vida eterna. Él contesta, muy acertadamente, uniendo un texto del Deuteronomio acerca de la primacía del amor a Dios (cf. Dt 6,5), con otro del Levítico sobre el amor al prójimo (cf. Lv 19,18). Sabía perfectamente cuál era la respuesta teórica de aquello sobre lo que había preguntado a Jesús, pero, su pregunta no fue superflua. Muchas veces sucede que no basta con conocer la doctrina, las dificultades se plantean acerca del modo de llevarla a la práctica.

Jesús le responde ahora con una parábola en la que habla de un sacerdote y un levita que habían pasado de largo ante un viajero al que unos salteadores le habían robado todo y lo habían dejado malherido, “pero un samaritano que iba de viaje se llegó hasta él y, al verlo, se llenó de compasión” (v. 33). Ese hombre samaritano, enternecido, reacciona: “Se acercó y le vendó las heridas echando en ellas aceite y vino. Lo montó en su propia cabalgadura, lo condujo a la posada y él mismo lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: ‘Cuida de él, y lo que gastes de más te lo daré a mi vuelta’” (vv. 34-35). El amor ha de ser visible y tangible. Reclama hechos concretos que ayuden a remediar las necesidades específicas del prójimo.

(Frases de https://opusdei.org/es-es/gospel/2022-07-10/).