En ese camino de madurez y crecimiento cada elección es importante. Una elección interna es significativa, aunque no esten todos los candidatos, nuestras decisiones filtrarán y determinarán quiénes irán a las generales. Es clave informarse. Nuestro sistema electoral ha evolucionado y permite que lo hagamos con total tranquilidad. Nuestro voto es secreto. Cualquier amenaza para que hagamos una cosa u otra no tiene asidero. Debemos aprovechar que nos han liberado de la dictadura de las “listas sábanas”, si bien aún no perfectamente, suficiente para que nuestro dedo aprete el botón poderoso que marque una decisión, que quizás no logre elegir al mejor, pero contribuye enormemente a que no lleguen los peores. No votar en blanco ni ignorar a los candidatos suplentes. A ellos también estamos eligiendo y hay varios agazapados y mimetizados para que se perpetúen las prácticas de corrupción que solo benefician a unos pocos.
Cada elección es también una evaluación. Si bien hay políticos que siguen ajenos a la voluntad popular y a las necesidades, el resultado transmite un mensaje muy fuerte de cada gestión, de cada historia. Tampoco nos mareemos con los candidatos a presidente. Todos los cargos tienen una enorme importancia. El Parlamento decide cómo vamos a vivir los próximos años, que leyes van a ayudar o perjudicar y cómo van a mejorar los servicios y bienes que tanto son necesarios. No te dejes arrear ni marear. Es tu momento de hacer historia. Hay más de 40 partidos y movimientos, hay decenas de miles de candidatos a distintos puestos. Muchos muy buenos. No es un acto ni un día común.
Cualquiera sea el vaivén político, la ADEC sigue trabajando para que tengamos un empresariado con rostro humano de mayor espiritualidad y con acciones que se orienten al bien común, al trato justo, a la prosperidad para todos, también sigue apoyando todas las iniciativas públicas para mejorar el gasto y una mejor gestión pública en general. El sufrimiento no es el sentido cristiano de la vida. No tengamos miedo a la felicidad que depende mucho de qué hacemos y qué elegimos.
Que el Espíritu Santo nos conceda discernimiento para elegir bien, apoyar a los actúan correctamente y controlar mejor.
¡Muy Feliz Navidad, que Dios les bendiga!