30 abr. 2025

El año de gracia de Iker

10 años después. Pide tranquilidad tras pararle el penal a Tacuara en el partido por los cuartos de final de Sudáfrica 2010.

10 años después. Pide tranquilidad tras pararle el penal a Tacuara en el partido por los cuartos de final de Sudáfrica 2010.

En 2003, el Real Madrid venía de ser campeón de Europa y del mundo. Fiel a su estilo millonario y pomposo, Florentino Pérez, entonces presidente como hoy, anunció la contratación del inglés David Beckham para la nueva temporada. Un dirigente de otro club comentó entonces a los medios que con Figo, Zidane y Ronaldo en el plantel (más Raúl y Roberto Carlos), aquel equipo se creía “galáctico”. No dijo que lo fuera, pero el célebre mote que caracterizó a aquel cuadro nació, como suele suceder, de la ironía y, tal vez, de la envidia.

Sin embargo, al arquero de 22 años de aquel equipo que en 2002 le ganó la Champions al Bayer Leverkusen alemán, la Supercopa al Feyenoord holandés, la Intercontinental al Olimpia paraguayo, a Iker Casillas, no le parecía nada simpático el adjetivo “galáctico”. En cierta rueda de prensa le preguntaron qué pensaba de la palabra aplicada a él. “Yo no soy galáctico, yo soy de Móstoles”, contestó el chaval, con aplomo. No se andaba con vueltas Iker. Con la autoridad de un precoz multicampeón había resumido en una frase su personalidad: Frontal, humilde profesionalmente, memorioso y leal a sus orígenes.

En efecto, Casillas nació en Móstoles, una comunidad autónoma de Madrid, el 20 de mayo de 1981. La semana pasada anunció su retiro de las canchas y el mundo del fútbol le tributó respeto y agradecimiento. Su jubilación se da luego de que el 1 de mayo del año pasado sufriera un infarto en Portugal, en donde defendía la camiseta del populoso Oporto.

Antes de que a Casillas le preguntaran si se consideraba galáctico, el portero venía integrando el plantel principal del club desde los 16 años. Pero hasta 2002 no había podido ser dueño del puesto. La final contra el Bayer en Escocia fue la bisagra de su carrera.

Pero Vicente Del Bosque prefería entonces a César y Casillas vivió tiempos amargos en la Casa Blanca. “Seguro que cuando decidió dejarme en el banquillo él también lo pasó mal. Fijo que pensó en mi familia. Vicente es así”, escribió el portero en el prólogo de una biografía del entrenador que lo forjó.

Cuando a los 68 minutos de aquella final César se lesionó, el hijo pródigo de Móstoles supo que ese era el preciso momento por el cual estaba esperando en el banquillo. Sucedía en un partido histórico y no lo desaprovecharía. Tres tapadas fundamentales suyas permitieron que el Real conservara hasta el fin la ventaja de 2-1, la noche de la volea siniestra de Zinedine Zidane. Desde ese día, hasta la temporada 2014-2015, Casillas sería el guardián indiscutido del arco madridista. Bajo sus tres palos ganaría once torneos nacionales y ocho copas internacionales.

El arquero que contra el Olimpia de Neri Pumpido, en Yokohama, le tapó un mano a mano crucial a Gastón Córdoba, cuando el partido por la Intercontinental iba 0-0, dijo adiós dieciocho años después de su aparición fulgurante. Con el tiempo se convirtió en el más grande arquero español de, por lo menos, los últimos treinta años. El más ganador. Nada más y nada menos.


2002 fue decisivo para Casillas. Ganó la titularidad y 3 copas internacionales.

Un histórico en el arco de La Roja
Otra lesión, esta vez de Santiago Cañizares, ubicó a Casillas como titular en la selección española, también en 2002. En Corea y Japón fue clave para eliminar a Irlanda en octavos, antes de caer en cuartos contra Corea. Tapó un penal en tiempo regular y dos en la definición súbita.
Su tercer mundial, en 2010, encontró a Iker en el pico más alto de su carrera. En Sudáfrica fue capitán y campeón. Pero en cuartos, España debió exigirse contra el Paraguay de Gerardo Martino. “Paraguay nos complicó muchísimo a la hora del cuerpo a cuerpo. Un equipo muy luchador, muy fuerte en las acciones divididas...”, diagnosticó Casillas en entrevista hace unos días en Abc de Madrid. Recordó lo decisivo que fue su suplente, Pepe Reina, para pararle el penal a Tacuara Cardozo cuando el partido iba 0-0: “Él me decía que le tiró en la Europa League con el Benfica y su lado de seguridad podía ser el derecho, a mi izquierda, pero es verdad que también sabía pegarle muy bien a la derecha del portero”, confesó.

3
Champions ganó con el Real: 1998, 2002 y 2014. Además tiene tres copas mundiales, en los mismos años.

167
son los partidos que disputó con su selección. Ganó la Eurocopa 2008 y la Copa del Mundo de 2010.