29 mar. 2024

El adiós al gran poeta de los exiliados

La comunidad cultural lamenta la partida del poeta, músico y médico Carlos Federico Abente, quien falleció ayer en Argentina, a los 103 años. Fue amante del guaraní y muy generoso con paraguayos en Buenos Aires.

Unidos.  Carlos Federico y  su amada esposa    Eva García.

Unidos. Carlos Federico y su amada esposa Eva García.

La comunidad cultural lamenta la partida del poeta, músico y doctor Carlos Federico Abente, quien falleció en la madrugada de ayer en Argentina, en el sanatorio La Trinidad de San Isidro, a los 103 años. Abente se destacó por su pasión por el idioma guaraní, profesionalismo médico, humanismo y generosidad con la colectividad paraguaya en Argentina –en especial con los exiliados–, a la cual cobijó por décadas, señala el escritor y biógrafo Mario Rubén Álvarez.

Célebre autor de la letra de la obra Ñemity –musicalizada por José Asunción Flores–, que ganó fama internacional, además de escribir la pieza Guyraû.

“En primer lugar, su legado se centra en su condición de gran humanista. Fue un hombre solidario con sus compatriotas y los argentinos, no solo como médico para atender a los enfermos, sino para atender otro tipo de enfermedades de la vida humana de los paraguayos. En segundo lugar, fue un gran poeta en guaraní, donde lo que más resalta es su obra cumbre Ñemity, con música de Flores. Es así que su vida podría resumirse en tres características, como su humanismo, su solidaridad y su poesía”, señala el también poeta Álvarez.

HOJA DE VIDA. Hijo de un poeta español radicado en Paraguay, Carlos Federico nació en Isla Valle, Areguá, Departamento Central, un 6 de setiembre de 1914 y desde los 7 años se radicó en Argentina.

Después de egresar de la Universidad de Buenos Aires (UBA) se dedicó a la medicina durante décadas en el vecino país, pero no dejó de lado su pasión por el guaraní.

Publicó cinco poemarios, tales como Che kirîrî asapukái haguâ. Para gritar mi silencio (1990), Kirîrî sapukái. El grito del silencio (1995), Sapukái. Poesías inocentes (1997), Sapukái sunu. Grito de trueno (2001) y Ñemity. Antología poética (2009).

Casado con Eva García Parodi, fue distinguido con las condecoraciones de Gran Maestre de la Orden Nacional del Mérito, con grado de Oficial, en 1997; la Orden Nacional del Mérito, grado José Falcón, en el 2005; y Orden Nacional del Mérito, grado Gran Cruz.

GUARANÍ. A pesar de vivir pocos años en Paraguay, Abente cultiva durante su infancia el guaraní, lengua que retoma con fuerza en su adultez en su retorno a Buenos Aires, donde llega de la mano del músico Prudencio Giménez, quien lo contacta con la comunidad artística de paraguayos en la capital argentina, según comenta Álvarez.

Gracias a Prudencio Giménez, Abente conoce a José Asunción Flores, Cayo Sila Godoy, Emilio Vaesken, Mauricio Cardozo Ocampo, los hermanos Larramendia, Félix Pérez Cardozo, entre otros artistas.

“En un primer momento, Flores le pide con insistencia a Abente que escriba Ñemity. Negándose por no admitir su capacidad poética, finalmente termina redactando la letra de la que sería una de las más célebres guaranias. Desde esa canción, Abente se consolida como poeta y escribe el resto de su vida”, cuenta Álvarez sobre uno de los últimos decanos vivientes de la poesía guaraní.

Perfil
El poeta, músico y doctor Carlos Federico Abente nació en Isla Valle, Areguá, Departamento Central, un 6 de setiembre de 1914. A los 7 años se radicó en Argentina. Hijo de un poeta español radicado en Paraguay, Carlos Federico estudió medicina en la Universidad de Buenos Aires (UBA), profesión que desempeñó durante décadas en el vecino país. Su pasión por el guaraní la cultivó siendo coautor con Flores de las guaranias Ñemity y Guyraû, además de publicar cuatro poemarios y una antología. Se casó con Eva García Parodi y recibió varias condecoraciones del Estado. Fue referente de los paraguayos en el exilio.

Opinión
“Era muy solidario y generoso con todos”
“Se puede decir que Carlos Federico Abente fue uno de los grandes referentes paraguayos en el exilio y exterior. Hizo toda su carrera médica en la Argentina, donde fue a corta edad. Realizó grandes aportes a la cultura; es coautor con Flores de dos grandes guaranias, como Ñemity (Siembra) y Guyraû (Tordo negro). Estas dos guaranias son compuestas a pedido de Flores, quien reconoce la vena poética de Abente. Su otra faceta es la humana, ya que frecuentó a artistas paraguayos en Buenos Aires, brindándoles cobijo en su casa, junto con su señora Eva García Parodi. A Roa Bastos le dio apoyo en su primer exilio en 1947, además de alentar a la comunidad paraguaya. Hizo menos difícil el trajinar de los exiliados paraguayos en Argentina, dando un albergue a los artistas amigos. Eso demuestra que Abente era muy solidario y generoso con todos aquellos venidos de lejos, además de ser un hombre que valoraba la amistad”. Antonio Pecci, escritor y periodista.