Kim Hyang-Sik tiene 82 años y creyó que ya había visto todo en la vida. El último lunes, además, se había recostado para dormir plácidamente, aunque despertó con la peor de las noticias.
“Es un hijo de puta”, se limitó a decir el anciano hombre tras afirmar que merecía morirse junto a las demás víctimas.
La hermana del hombre señaló además que en los próximos días lo llevaría a un lugar apartado para que “se calme”. Kim Yang-Sun, de 85 años, también se refirió en durísimos términos a su sobrino nieto: “Es un hijo de puta y un boludo”.
La mujer también reveló que la mamá de Cho siempre tuvo problemas con el muchacho desde su misma infancia. “Era muy callado y sólo seguía a su madre y padre, y cuando alguien le hacía alguna pregunta sólo respondía con un ‘sí' o un ‘no’, pero nunca mostraba ningún tipo de sentimientos o emociones”, contó la mujer.
Incluso, la familia pensó en un primer momento que el pequeño Cho era “autista”, situación que los preocupó.
“Comenzamos a pensar que él era autista, lo que era la gran incógnita de su madre. Tiempo después de su viaje a los Estados Unidos, su mamá estaba tan preocupada por su inhabilidad para hablar que lo llevó hasta un hospital y fue diagnosticado autista”, contó desde la capital coreana, Seúl.
La mujer también reveló cómo fue que le consiguieron marido a la madre de Cho. “Pasaba mucho tiempo con sus cinco hermanos y familia y estaba poniéndose muy vieja para casarse”, expresó la anciana y agregó que “entonces la familia decidió forzarla a participar de una cita a ciegas para encontrar marido. Conoció a Cho Sung-Tae, de diez años más y resolvieron casarse de inmediato” aunque “ella no quería”.
“Su marido era muy serio y callado y cuidadoso con el dinero. No era muy sociable y no muy amistoso con sus suegros”, reveló Kim.
En tanto, su tío Chan Kim también se refirió en similares términos sobre el asesino de Virginia: “No era un chico normal. Estábamos preocupados porque no hablaba”, según consignó el diario británico Mirror.
“Sus padres sabían que tenía problemas mentales, pero eran pobres y no podían enviarlo a un hospital especial”, señaló el hermano de la mamá de Cho.
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