Sin embargo, las autoridades se muestran evasivas sobre la financiación de este proyecto que podría crear “más de un millón de empleos” en una economía debilitada.
Este canal, paralelo al de Suez –de una longitud de 72 kilómetros y cuya construcción terminó en 1896– duplicará la vía existente a lo largo de 37 km, y la ampliará y profundizará sobre 35 km.
El objetivo es aumentar las capacidades de tránsito en esta arteria vital que une el mar Mediterráneo con el mar Rojo. Se construirán varios puertos a la largo de este histórico canal. Este nuevo canal pertenecerá a los egipcios, dijo Sisi, ex jefe de las Fuerzas Armadas, que destituyó hace un año al presidente islamista Mohamed Mursi, el primer presidente elegido democráticamente en Egipto. Este último había lanzado la idea del proyecto, pero quería confiar su financiamiento a Catar.
Catar se convirtió en el enemigo número uno del nuevo Gobierno. Egipto acusa a este país de apoyar a los Hermanos Musulmanes, la cofradía a la que pertenecía Mursi, y que las nuevas autoridades reprimen violentamente desde la destitución del presidente islamista. REUTERS