La directora de Comunicaciones del Departamento de Estado, Elizabeth Trudeau, felicitó al primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, por el “éxito” de la operación, y también transmitió sus condolencias a las familias de los militares muertos durante la ofensiva aliada.
“Este es un gran paso hacia la derrota total del EI en Irak”, dijo Trudeau, quien no obstante reiteró que EE.UU. sigue “preocupado por la situación humanitaria” de los iraquíes que están huyendo de los combates.
“Sin embargo, hemos visto un progreso significativo por parte de la ONU (Naciones Unidas) y los iraquíes en los últimos días para proveer de las necesidades básicas a los desplazados internos”, agregó.
“El Ejército de EE.UU. y nuestros socios de la coalición están orgullosos de haber apoyado a las fuerzas de seguridad iraquíes bajo el mando del primer ministro en esta importante operación, que es otro hito en nuestros esfuerzos conjuntos por acelerar la derrota del EI, y para seguir apoyando a nuestros socios iraquíes”, dijo por su parte el secretario de Defensa estadounidense, Ash Carter.
No obstante, Carter reconoció que la dura liberación de Faluya “no será la última” de las batallas que hay por delante y subrayó “la tarea vital de cuidar a los residentes desplazados” de la ciudad por la violencia de EI, así como comenzar la reconstrucción de la urbe, un tercio de la cual se calcula que ha quedado destrozado.
“También es esencial completar las investigaciones del Gobierno de Irak ha puesto en marcha para hacer frente a los supuestos abusos a civiles. A pesar del duro trabajo que queda por hacer, la limpieza de Faluya hará que el pueblo de Irak sea más seguro y es un paso más para tratar de lograr una derrota duradera del EI”, aseveró.
El comandante de la Operación de Liberación de Faluya, el general Abdelwahab al Saidi, aseguró este domingo a la prensa que la operación militar en la ciudad terminó “con la liberación del barrio de Al Golán”.
Las fuerzas iraquíes llevaban más de un mes luchando para expulsar a los combatientes del EI de la ciudad, la segunda en importancia de la provincia occidental de Al Anbar y en manos del grupo extremista desde enero de 2014.
Las tropas lograron liberar el 17 de junio el edificio de la administración local e izar en él la bandera iraquí, pero todavía quedaban por eliminar focos de yihadistas en las zonas septentrionales de la urbe.
