La monótona voz mecánica advierte: “La violación de las reglas conlleva sanciones administrativas y penales”. En Treviolo, una localidad de Lombardía de 11.000 habitantes, situada en las afueras de Bérgamo, el Covid-19 se llevó por delante una cincuentena de vidas.
Una situación que, según el alcalde y gran parte de la población, justifica el uso de dos drones para vigilar las calles del centro y sus alrededores. Uno de ellos cuenta además con un sensor de temperatura que indica, aproximadamente, la temperatura de la gente.
DEBATE. El uso de drones para vigilar a la población se generalizó a medida que la pandemia se extendía, incluso en países en los que hace tan solo un mes este recurso habría generado un importante debate sobre una eventual violación de las libertades individuales.
En España, hay localidades que los utilizan para controlar las llegadas o el consumo de agua en los hogares; en Jordania, vigilan que el confinamiento se cumple a rajatabla; en Francia, sobrevuelan las playas y las márgenes del Sena, en París, y en Grecia vigilan Atenas y Tesalónica desde el cielo.
“Elevamos el dron a 25 metros y cuando este detecta personas, lo bajamos para tomar la temperatura de las personas con más precisión. De todas formas, es algo aproximado”, explica Matteo Copia, responsable italiano de la policía local, cuyos agentes manejan los aparatos.
En su pantalla de control, se ven dos siluetas con colores más o menos cálidos, que permitirían detectar cualquier caso de fiebre sospechosa. Si la “temperatura corporal parece anormal, enviamos una patrulla para que tome la temperatura con un termómetro y establecer si la persona está en cuarentena obligatoria y si la violó, o si estaba en autoconfinamiento y salió por motivos de salud”, señala el policía. Con sensores térmicos, el dron también detecta a los infractores nocturnos.
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muertes hay en Italia por Covid-19, con una suba de 619 en las últimas 24 horas, y con 152.271 contagiados.