Redacción CDE
La puja por el poder político y administrativo en la Municipalidad de Hernandarias se convirtió en una historia sin fin. Los concejales Carmen Álvarez y Blas Leguizamón, disputan la intendencia municipal, mientras la ciudadanía queda sumergida en una gran confusión.
El conflicto arrastra unos tres meses y estalló nuevamente hoy cuando Álvarez presentó una resolución emanada por el Tribunal Superior de Justicia Electoral, que anula una sesión donde los concejales municipales eligieron a Blas Leguizamón como intendente.
Acompañada del presidente del TEI de Alto Paraná y Canindeyú, Benicio Rodríguez, la concejala ingresó a la Municipalidad con la intención de asumir el cargo de jefa comunal.
“Yo soy la verdadera intendenta y debe cumplirse la ley, hay una orden de la Justicia Electoral”, manifestó Álvarez.
Nuevamente los cerrajeros estuvieron de parabienes. Un cerrajero forzó la puerta del despacho municipal, donde se encontraban encerrados el intendente Blas Leguizamón y unos cuantos concejales. Así ingresaron Álvarez y “su comitiva” a la oficina.
Leguizamón se resistió a abandonar el despacho de la Intendencia y por momentos reinó el caos, al punto que efectivos del Grupo Especial de Operaciones de la Policía Municipal debieron ingresar a la oficina para crear una barrera entre el grupo encabezado por Álvarez y el de Leguizamón. Cada uno tenía personas a su favor, entre ellos concejales y abogados. Afuera del edificio municipal, rodeado de efectivos policiales, simpatizantes de Carmen Álvarez, explotaban petardos.
La discusión se extendió por horas. El fiscal Humberto Rosseti, llamado por abogadas de Álvarez, se constituyó al lugar ante la denuncia de la supuesta comisión de un hecho punible. Al no constatarse delito alguno, el representante del Ministerio Público citó a Blas Leguizamón para una audiencia este miércoles en la Fiscalía, posteriormente abandonó la Municipalidad.