El diputado Édgar Acosta argumentó que lo más correcto era aceptar el veto, debido a que el Estado saldrá perdiendo, pagando más y adquiriendo menos productos. Agregó que tal como señala el Poder Ejecutivo, la ley no servirá para crear más fuentes de empleos y no beneficiará a las pequeñas empresas.
Para Celso Kennedy el proyecto beneficiará a unos pocos y perjudicará a la mayoría.
Para Sebastián García, “es un subsidio a la ineficiencia” y agregó que con esto no se evitarán las empresas de maletín.
Durante la sesión, Basilio Núñez y Édgar Ortiz recordaron que Celeste Amarilla acusó a quienes instan a aprobar el proyecto que los empresarios del rubro farmacéuticos como Vicente Scavone pagaron para que el proyecto se apruebe. Los mismos negaron la acusación y argumentaron en contra del veto.