08 sept. 2025

Diplomáticos para los que el 2023 significa incertidumbre

Las elecciones generales 2023, independientemente de quién obtenga la victoria, cobran una significancia especial para la carrera de tres diplomáticos de destacada actuación en el gobierno saliente. Dos de ellos se hallan ejerciendo funciones ajenas al servicio diplomático.

Se trata de los embajadores Federico González, hoy ministro del Interior, antes asesor del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, para Asuntos Internacionales, brevemente también ocupó el cargo de canciller y director interino de Itaipú Binacional.

El otro es Manuel María Cáceres, director paraguayo de la hidroeléctrica Itaipú, cargo de suma relevancia para el país y de alta razón política para los intereses nacionales.

El tercer diplomático a quien el cambio de gobierno debe provocar expectativas respecto a qué destino tomará su carrera en la nueva administración que vendrá es el actual canciller nacional, Julio César Arriola. Considerando que el presidente que resulte electo, como se estipula, querrá iniciar su gestión con exponentes del equipo político que sostuvieron su campaña electoral, y formar el nuevo gabinete con hombres y mujeres de su total confianza y lealtad, lo que incluye un nuevo ministro de Relaciones Exteriores. Este no necesariamente tiene que ser alguien que pertenezca al escalafón diplomático y consular. También puede ser un político.

DE CARRERA González, Cáceres y Arriola ya han ocupado a lo largo de su carrera los cargos más importantes a los que puede aspirar un diplomático, tanto en el servicio local como en el servicio exterior. Los tres han llegado a destinos como la Embajada ante las Naciones Unidas, la Embajada ante los Estados Unidos, y formado parte del primer anillo de varias administraciones. Federico González y Arriola llegaron a canciller, la máxima aspiración de un diplomático.

Triunfe el continuismo colorado o la alternancia a través de la Concertación, ninguno de los tres podrá esperar que les reserven los mejores destinos o cargos. Aunque Arriola sí, puesto que su función está netamente vinculada a la política exterior.

No obstante, los tres quedarán vinculados al gobierno saliente, lo que para el equipo que vendrá puede ser razón suficiente para mantenerlos en puestos de bajo perfil.

González es quien está muy pegado al presidente y en un ministerio político por excelencia, como lo es el del Interior. Siempre existe la posibilidad de que durante los meses de transición entre las elecciones (abril) y el cambio de mando (agosto) el equipo saliente y el equipo entrante negocien sobre el destino que se asignará a funcionarios de la categoría y trayectoria de González, Cáceres y Arriola.

Al margen de esto, los tres tienen aseguradas sus asignaciones conforme al máximo rango que han alcanzado en el escalafón, el de embajador, y mientras se adoptan los cambios y se produzcan las designaciones podrán estar a disposición tanto para el servicio local como para el exterior.