Los expertos señalaron que el crimen organizado posee una compleja organización para llevar adelante las actividades delictivas como el tráfico de drogas, armas, contrabando, atentados terroristas y el uso de las criptomonedas para evitar los controles sobre las transacciones ilícitas en todo el mundo. A la cooperación interagencial e internacional que ya existe, se le debe adoptar la economía digital, en cuya legislación ya se está trabajando en algunos países.
“Hemos visto durante los últimos 3 años que las redes ilícitas aprovecharon la pandemia, adaptándose más rápido que nuestros gobiernos que estaban enfocados en las respuestas de atender la crisis sanitaria y económica”, refirió Celina Realuyo, del Centro de Estudios para la Defensa del Hemisferio, Willian Perry.
Realuyo sostuvo que la economía ilícita existe en los países por su rentabilidad, pero la corrupción afecta a cada sector de la sociedad con un impacto a la prosperidad, y ahora también en la seguridad de los pueblos. Recordó que el narcotráfico sigue siendo la actividad más rentable, seguido por trata de personas y migración irregular en los Estados Unidos.
La digitalización en un mundo ciberfísico facilitó que durante la pandemia las organizaciones criminales trasladaran sus actividades al mundo digital, como el caso de México, donde las organizaciones criminales reclutaron a jóvenes ociosos para sus fines en el ámbito cibernético, para la venta y compra de contrabando, drogas o personas en el mundo digital y el aumento de contenido pornográfico infantil en los últimos 5 años, utilizando niños latinos, el lavado de activos y el pago móvil o por criptomonedas.
La misma señaló también que la convergencia entre crimen organizado y el terrorismo es un fenómeno muy importante, como las amenazas del Hezbollah, recaudando fondos en la Triple Frontera.
Mientras que Brian Skaret, fiscal federal comisionado en la Embajada de los Estados Unidos, señaló que en la actualidad se necesitan héroes nacionales que “no hagamos lo que sea conveniente, pero que hagamos lo correcto porque es nuestro trabajo”.
Luciano Barrios, del instituto IDSP del Brasil, señaló que se debe crear un sistema de alerta roja entre los países sudamericanos. En su ponencia expuso la complejidad del Primer Comando Capital para las actividades ilícitas entre el Brasil y el Paraguay, así como la importancia de las alianzas entre la Policía Federal y la Senad para la destrucción de plantaciones de marihuana, entre otras. E. M.