Las más de 1.000 hectáreas de tierras pertenecen a Agroesencia SA desde 1974 como lo avalan los títulos de propiedad que posee la empresa. La familia adquirió las tierras de una empresa cafetera de Estados Unidos. Allí trabajan más de 100 personas y se trata de una de las pocas fincas de la zona que están en manos de empresarios paraguayos, pues la gran mayoría son propiedad de los brasileños.
“Agroesencia existe desde el año 1974. Es una empresa que se dedica a la plantación, cultivo y fabricación de aceites esenciales, da trabajo a más de 100 personas en forma directa y muchas más de manera indirecta desde hace décadas en Paraguay. El 90% de la producción se exporta, y el resto se vende a empresas de Paraguay de prestigio. Nosotros no tenemos que escondernos y duele mucho que de repente nos encontremos expuestos a la duda de haberles arrebatado a ellos sus tierras”, mencionó el empresario Hoeckle al mencionar que ellos como paraguayos se sienten orgullosos de trabajar en una zona considerada peligrosa y que como empresarios se enfrentan a muchas adversidades.
ANTECEDENTES. Jorge Propp Cordone y sus abogados mencionaron que del inmueble de 8.437 hectáreas que pertenecía a su familia, una parte quedó en manos de la familia Da Mota, mientras otras fracciones quedaron a otras firmas, como Agroganadera Gracia de Dios SA, Agroesencia SA, y los brasileños Aldemir Pereira, Daniel Albuquerque Pereira y Paulo Sergio Angelo.
Precisamente Agroesencia SA mantiene un largo litigio en tribunales por esas tierras con Propp Cordone. “Los títulos de propiedad que nosotros tenemos están signados por abogados de prestigio, y no se puede dudar de su veracidad”, acotó.
Cosa juzgada. El conflicto sobre la legitimidad de los títulos es de larga data. “Hay un juicio de 1995, ellos consiguieron con ayuda de algunos políticos la venia para una mensura judicial, y ellos han perdido ante la justicia y ahora tratan a través de los medios de reivindicar un hecho que ya la justicia ha dictaminado”, mencionó Hoeckle. El empresario agregó que “hay documentos y muchos elementos de juicio para descubrir fácilmente que la historia de los Propp Cordone es una falacia, una mentira, un intento de estafa y una vez que se culmine la parte judicial va tener también sus consecuencias”.