Sus paredes con profundas grietas, humedad y en su mayoría escondidas tras malezas reflejan la falta de interés en algunos casos y de presupuesto en otros. Todo esto, en un entorno de encarecimiento inmobiliario.
Se trata de los pomposos edificios asuncenos, tanto de dominio estatal como privado, que en papeles figuran como patrimonio por el valor histórico y arquitectónico. Pero en la realidad, la mayoría son casas abandonadas, utilizadas como simples depósitos o habitadas bajo el riesgo de derrumbe.
“Siempre es lo mismo. Cada autoridad que asume viene a hacer un recorrido, prometen la restauración pero nunca se cumple. Es una pena porque la Recova es una parada habitual de turistas extranjeros que vienen a buscar un recuerdo de Paraguay y les recibimos en estas condiciones. Internamente los locatarios hacen el mantenimiento pero aquí afuera ya no se puede tocar”, señala Nilsa Casco, vendedora desde hace 42 años en zona de la Recova, edificio construido sobre la calle Colón en el año 1861.
El emblemático corredor luce un progresivo deterioro con tendidos eléctricos en desorden, parte del techo presenta severas goteras y el aspecto más resaltante son las paredes resquebrajadas, sin renovar la pintura desde hace años. Igual o peor que este sitio se encuentran otras edificaciones patrimoniales.
Registro. En Asunción, donde se concentra la mayor cantidad de edificios históricos, se registran cerca de 2.800 construcciones con valor arquitectónico. Actualmente técnicos de la Comuna capitalina trabajan en una actualización del catálogo cuyos resultados se difundirían esta semana.
“Esta semana nos reunimos y estaremos evaluando qué hacemos con aquellos propietarios con mayor inmueble patrimonial a su cargo, pero que no están manteniendo en condiciones. Por un lado, beneficios tributarios para que puedan reinvertir en la puesta en valor, ya que no están exentos de exoneraciones. Y por otro lado se busca notificar y multar a aquellos que además de no mantener están en mora hace muchos años”, indicó la directora general de Cultura y Turismo de la Municipalidad de Asunción, Angie Duarte.
Para el caso de los bienes privados, resaltó que el problema mayor es la falta de mantenimiento más que la morosidad. “En muchos casos no existe voluntad y dejan caer. Por ley no pueden modificar sin la autorización de la Secretaría de Cultura y el Municipio, entonces suceden los fenómenos de que aprovechan los fines de semana para demoler”.
Por otro lado, el propio Estado paraguayo es un importante deudor que tiene el Municipio.
La Ley Nº 5621, de Protección del Patrimonio Cultural, describe que los propietarios de bienes culturales están obligados a costear su conservación y restauración. Si no lo hicieren, por negligencia o incapacidad económica, la Secretaría Nacional de Cultura, las gobernaciones o las municipalidades, según el caso, procederán a su conservación.
Duarte indicó que existe además un trabajo que realizar con las ordenanzas municipales, ya que los impuestos inmobiliarios en el Centro Histórico son mucho más elevados que otros barrios residenciales donde migró la zona financiera de la ciudad. Aseguró que tras la reunión del martes enviarán la propuesta a la Junta Municipal.
Otro aspecto, mencionó, es flexibilizar requisitos. Muchos no tienen planos aprobados, están en etapa de regularización. “Los edificios patrimoniales necesitan una atención real. En otras capitales del mundo con ayuda de cooperaciones lograron recuperar sus centros históricos. Eso es lo que le falta a Asunción. El Gobierno Central junto con el Municipio deben invertir en proyecto integral”.
Es clave la puesta en valor de esta zona, donde lejos de eso hasta hace poco había inseguridad e insalubridad. Rafael Recalde, Palma y Montevideo.
Es una pena tener un corredor en deterioro donde concurren extranjeros para buscar un recuerdo del país. Nilsa Cardozo, vendedora de la Recova.