Rodeados de chiqueros, basura, humedad e insalubridad se encuentran las ocho familias que permanecen en el sitio de refugio correspondiente a la zona de Chacarita en el banco San Miguel y que fue habilitado por la Municipalidad. Lo que sería un área de refugio para damnificados se limita a un techo de la ex olería ubicada en medio de la humedad, el barro y un fétido olor a cloaca.
“Cuando el río suba de verdad no sé dónde vamos a entrar todos, porque son muchos los que estaban y se fueron cuando el río bajó. Yo me quedo porque dicen que va a subir de vuelta”, afirmó una mujer que no quiso identificarse.
Mientras, una docena de niños corrían desnudos entre el barro y la basura con la pancita hinchada y los rostros cubiertos de moco.
En tanto, apareció un sujeto llamado Basilio García, quien intentó pintar un panorama diferente. “La Municipalidad nos ayuda en todo, nos trae víveres y chapas, y cada quince viene un médico por acá", dijo. El hombre aseguró que están trabajando de manera “coordinada” con el Centro Municipal Nº 5.
En un informe de la Municipalidad figura que el sitio espera albergar a 300 familias. Sin embargo, si cada una de ellas ocupara un espacio prudencial, en este refugio no podrían ingresar más de 100, atendiendo las dimensiones que posee.