“Solo la política del diálogo puede hacernos reencontrarnos”, escribió el político opositor en esta carta publicada en X y fechada en Madrid, asegurando que su decisión de irse al exilio la tomó para “que cambien las cosas” y construir “una etapa nueva para Venezuela”.
“Es un gesto que tiende la mano a todos y espero que como tal sea correspondido”, añadió el ex diplomático de 75 años al día siguiente de llegar a España con la ayuda del Gobierno de Pedro Sánchez.
LUCHA POR LA LIBERTAD. Horas antes de esta carta, su equipo de prensa difundió un mensaje de voz en el que prometía seguir con “la lucha por lograr la libertad y la recuperación de la democracia en Venezuela”. El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, afirmó este lunes, en la radio Onda Cero, que González Urrutia iba a solicitar asilo y “que se le va a conceder, por supuesto”.
“Está mejor en España que indefinidamente en la residencia del embajador, en un régimen casi de semiclandestinidad, o no hablemos ya en una cárcel”, añadió Albares, defendiendo la decisión del antiguo diplomático de partir al exilio.
Albares insistió en que la acogida del político venezolano no cambia la posición de Madrid. “No vamos a reconocer la supuesta victoria de Nicolás Maduro”, afirmó.
Sin embargo, la oposición conservadora española reprocha que el Ejecutivo no reconozca tampoco la victoria de González Urrutia, e impulsó la convocatoria de un pleno del Congreso de los Diputados el martes para votar este reconocimiento.
BRUTAL OLA REPRESIVA. La líder opositora venezolana María Corina Machado aseguró que la salida del país de González Urrutia, en la clandestinidad desde hace un mes al igual que ella, fue necesaria para “preservar su libertad y su vida” en medio de “una brutal ola de represión”.
Antony Blinken, jefe de la diplomacia estadounidense, estimó en la red X que el candidato de la oposición exiliado “sigue siendo la mejor esperanza para la democracia” en Venezuela.
FRAUDE DE MADURO. La salida de González Urrutia es el último episodio de la crisis desatada por las presidenciales en las que Maduro fue reelegido para un tercer mandato de seis años entre denuncias de fraude. La autoridad electoral no ha mostrado hasta la fecha el escrutinio detallado mesa por mesa como exige la ley.
El horizonte legal de González se había oscurecido en los últimos días. La justicia venezolana servil al chavismo, investiga al candidato por la difusión de copias de las actas electorales en una página web que le atribuyen el triunfo en los comicios. Un tribunal ordenó el 2 de septiembre su arresto, investigado por delitos que incluyen “desobediencia de leyes” y “conspiración”, entre otros, tras no haberse presentado a tres citaciones.
Estados Unidos, la Unión Europea y varios países de América Latina han rechazado el desenlace de los comicios y han pedido una verificación de los votos.