Se refirió a las afirmaciones de la senadora oficialista Blanca Ovelar, quien aseguró que para evitar el crimen y el dinero sucio en los partidos se requiere de personas con patriotismo en los tribunales de conducta.
“Es lógico que un tribunal de conducta tenga que tener personas idóneas, probas, de trayectoria y, sobre todas las cosas, independientes. No puede ser un tribunal subjetivo con un solo sector, en cualquier institución. Pero suena un poco a excusa, porque en realidad tenemos que construir instituciones donde los mismos organismos partidarios remitan antecedentes, denuncien al tribunal, que no se dependa de excepciones y de personas sueltas que realicen denuncias, sino que haya una intención real de la conducción política de depurar sus filas”, remarcó Villarejo.
La senadora cuestionó la lentitud de los tribunales.
“Qué hacemos para que en el partido los que tienen más virtudes, trayectoria de vida, puedan seguir teniendo un espacio; qué hacemos para sacar a la gente vai (fea o de mala fama), a la gente averiada, a la gente que roba la cosa pública cuando le toca administrar, o la gente funcional a criminales y al lavado de dinero. Tienen que funcionar los tribunales de conducta. Son muy concesivos, muy lentos, solo se mueven cuando hay escándalos muy grandes, inocultables. Hay que meter a gente más decidida con la patria y su destino, a cambiar las cosas”, resaltó Ovelar.
La mayoría consideró este análisis como muy simplista para la dimensión que toma el ingreso del dinero sucio y el crimen organizado en la política.
El diputado Édgar Acosta, del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), respondió que es imposible que una persona solo por ser honesta resuelva el problema.
Indicó que es necesario que cada actor pueda demostrar de dónde viene su dinero.
Que no dependa de personas sueltas, que haya intención real de la conducción política de depurar sus filas.
Sebastián Villarejo,
diputado del PPQ.