“La situación de las editoriales está delicada, como la de varios otros comercios”, comentó Vidalia Sánchez, titular de Servilibro, que a pesar de la cuarentena continuó pagando el salario a sus empleados a fin de mantener el equipo unido.
“La pandemia está afectando muy fuerte a todo nuestro sector. En marzo, tuvimos un 30% de la facturación normal, fue un receso del 70% de nuestra facturación. En abril tuvimos un receso del 90% y ahora, en mayo, que ya empezó a abrirse, nosotros estamos trabajando desde los primeros días de mayo, tendríamos una baja del 60%. El daño no sé si lo podremos superar fácilmente”, sumó Alejandro Gatti, propietario de Librería Intercontinental.
“Estamos generando acciones estratégicas para continuar fomentando la lectura, herramienta fundamental para todos. En momentos difíciles tenemos que generar acciones positivas”, mencionó, por su parte, Pablo Burián, de El Lector.
Cayetano Quattrocchi, propietario de editorial Arandurã, refiere que se reinventaron tratando de sobrevivir con la venta de libros online y a través del delivery, pero el ingreso no es significativo. “En estos tres meses la ganancia fue nula. Sobre todo para las pequeñas librerías. Muchas cerraron o se están cerrando, las editoriales reducimos la producción”, contó Quattrocchi.
Sin embargo, las más afectadas, coinciden Quattrocchi y Vidalia Sánchez, son las editoriales que trabajan con los libros de texto, ya que la pandemia las tomó en el momento en que estaban por entregar o ya habían entregado los materiales en los colegios y tenían que empezar a cobrar.
APOYO GUBERNAMENTAL. “Hoy más que nunca enfatizamos la necesidad de que dentro de los planes de contingencia se tome en cuenta la necesidad de este sector muy golpeado, por la cual el Gobierno y las autoridades deberían dar un trato preferencial al sector editor, estimulando la producción de los materiales a través de la compra del Estado de libros para las bibliotecas, y también subsidiando la producción a través de créditos blandos”, expresó Quattrocchi.
En este punto coincide Vidalia Sánchez, propietaria de Servilibro. “Las tres cámaras de libro de Asunción elaboramos un pedido a la Presidencia de la República y a los ministros de Salud, Educación, Cultura e Industria para manifestar toda la problemática y solicitar apoyo en la compra de nuestros materiales”, contó Sánchez y agregó que no tuvieron respuesta positiva.
Sánchez dijo que no están bien las cosas, pero van a seguir luchando. “Cada librería y editorial hará lo suyo para promocionar este año y salir adelante. Nuestras ventas no son las mismas con la flexibilidad, pero nos ayuda a sostener la difícil situación”, finalizó.
Opinión
“La pandemia paralizó el trabajo”
“El inicio de la cuarentena coincidió con el de clases, tiempo en que las demandas de libros se concretan en gran medida. A esto se sumó la cancelación de la feria anual de libros, oportunidad de presentar las novedades editoriales. Todo se paralizó. Nos sorprendimos tanto que atinamos solo a apoyar a nuestro personal, cumpliendo con el pago de salarios y ayudando a otros en la medida de lo posible. Pasado el tiempo, y viendo que la situación se prolongaría, junto a colegas propusimos la opción de venta online con entrega a domicilio o en el lugar donde lo soliciten. Esto no cubre nuestras necesidades, pero ayuda y, sobre todo, nos hace sentir acompañados”. Nilda Díaz, Fausto.
Una feria virtual busca dar impulso a la venta de libros
La cuarentena debido a la pandemia impide diversas actividades, entre ellas, las ferias, pues estas convocan aglomeraciones de personas.
“Acerca de las ferias de libros, que debían realizarse en setiembre, los directivos de la Cámara del Libro de Asunción Paraguay (CLAP) confirmaron que se suspenden para el año próximo. A cambio de eso, se realizarían otro tipo de actividades, pues ahora no se pueden hacer actividades culturales”, esclareció Vidalia Sánchez, de Servilibro.
“Al no haber feria (presencial), es un gran perjuicio para el sector, ya que las ferias son el momento de mayor venta. Es uno de los momentos en los que vendemos muy bien en el año”, recordó Vidalia Sánchez.
“Todos estamos en este momento tratando de reinventarnos. Las presentaciones de libros van a esperar mucho. Tenemos que reinventarnos, a pesar de la reapertura de los negocios, ver cómo podemos retomar el impulso, para sostener nuestras empresas”, explicó Cayetano Quattrocchi y adelantó que este mes de junio se realizará la primera Feria Virtual del Libro, auspiciada por la Secretaría Nacional de Cultura (SNC), con la participación de los asociados a las tres cámaras de libros presentes en el país: Cámara del Libro (CPL), Capel y la CLAP.
“Será una actividad importante y esperamos la participación del público en los eventos virtuales y, sobre todo, en la compra de los libros”, manifestó.
Alejandro Gatti, de Intercontinental, dijo que a esta feria virtual de las cámaras quieren sumar alguna que supla a la Feria Internacional del Libro de este año, que fue suspendida.