La sesión del Consejo comenzó con una exposición de Rosemary DiCarlo, subsecretaria general de la ONU para Asuntos Políticos, quien confirmó que Rusia ha utilizado bombas de racimo en zonas pobladas en su guerra en Ucrania y que ha atacado al menos 26 veces instalaciones civiles.
Más esperado era el informe de Izumi Nakamitsu, quien en su calidad de Alta Representante de Asuntos de Desarme podía confirmar o desmentir las acusaciones rusas: “La ONU no conoce que exista ningún programa de armas biológicas” en Ucrania, dijo, pero reconoció que no existe un mecanismo de verificación independiente al qué acudir en caso de controversias.
El embajador ruso Vasili Nebenzia, afirmó que el Departamento de Defensa estadounidense desarrollaba en treinta laboratorios de Ucrania, mediante convenios con el Ministerio de Sanidad, un programa de armas biológicas. La embajadora de Estados Unidos, Linda Thomas-Greenfield, le respondió que todas las actividades de su país en Ucrania son transparentes, y que ayudan a Ucrania “con orgullo y de forma abierta” a gestionar laboratorios de salud donde “no hay ningún programa (militar), ni armas, ni en la frontera con Rusia ni en ningún lugar”. EFE