Emilio Aceval es uno de esos hombres cuya vida realmente merece ser contada debido al enorme grado de influencia que tuvo a lo largo de la historia. La forma en que vivió y lo hizo en el tiempo en el que permaneció en este mundo, es digno de ser recordada por generaciones.
Aceval, del Partido Colorado, asumió como presidente de la República del Paraguay el 25 de noviembre de 1898, y ejerció hasta el 9 de enero de 1902, fecha en que fue depuesto por un golpe de Estado y sucedido por el vicepresidente Héctor Carvallo.
El presidente Aceval fue uno de los niños héroes sobrevivientes de la célebre Batalla de Acosta Ñu. Había nacido en Asunción, el 16 de octubre de 1853. A los 13 años de edad se alistó como soldado para luchar en la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay. Fue herido en Pirayú, participó en Acosta Ñu salvando la vida y nuevamente cayó herido en Caraguatay.
Como prisionero de guerra, primero estuvo en Corrientes, después en Buenos Aires, donde retomó sus estudios. Viajó a Europa y Estados Unidos y regresó al país en 1887, convirtiéndose en hacendado.
Hijo de Leonardo Aceval y Juana Mónica Marín, se casó con Adelina Bedoya, hija del ex triunviro José Díaz de Bedoya; luego, en segundas nupcias, con Josefina Rivarola.
Su hermano fue el doctor Benjamín Aceval, distinguida personalidad dentro de la cultura y la vida institucional de este país. El Dr. Benjamín falleció repentinamente el 5 de julio de 1900; con este suceso, una gran tristeza se apoderó de don Emilio, ya que había perdido a uno de sus más valiosos consejeros.
Durante su presidencia, el Paraguay participó de la exposición universal de París; se fundaron el Consejo Nacional de Educación, la Dirección General de Escuelas y el Consejo Nacional de Higiene. Además, se implementó el Sistema Métrico Decimal y se creó la oficina recaudadora de Impuestos Internos.
Al ser presidente de la República, Emilio Aceval hizo sentir la imperiosa necesidad de “la creación del cargo de director general de la Biblioteca y Museo Nacionales, bajo la dependencia inmediata del Ministerio de Instrucción Pública”, en vista de contar ya con local propio y “estar a la altura que sus fines reclaman”. En ese momento ocupaban la cartera ministerial el doctor José A. Caminos.
El gobierno de Aceval tuvo como ministros a José Urdapilleta, Francisco Campos, Fulgencio Ricardo Moreno, en Hacienda; Guillermo de los Ríos, en el Ministerio del Interior; José Zacarías Caminos, Venancio López, Jerónimo Pereira Casal, José Tomás Legal, Pedro Bobadilla, en Justicia, Culto e Instrucción Pública; Juan Antonio Ezcurra, en Guerra y Marina; y a José Segundo Decoud, Fabio Queirolo, Juan Cancio Flecha, en Relaciones Exteriores.
Durante su gobierno se declaró una epidemia de peste bubónica y tras ese acontecimiento se inició la creación de una oficina bacteriológica; se instalaron colonias de inmigrantes, especialmente italianos.
Paraguay participó de la exposición internacional de Filadelfia; el telégrafo llegó a San Estanislao, al norte, y al sur de Encarnación.
Se sancionó la Ley de Colonización y Hogar; se establecieron en el Paraguay gran cantidad de inmigrantes italianos.
Lamentablemente, también durante su Gobierno, el país sufrió los estragos de una epidemia de fiebre bubónica. A partir del 1 de enero de 1901, entró en vigencia el sistema métrico decimal, suplantándose de esta forma las antiguas unidades de medidas, como la pulgada, la vara, la onza, la arroba, la yarda, la milla, la libra y otras unidades implantadas por la administración española en América. Se puso en marcha la Revista Histórica Quincenal, bajo la dirección de Manuel Domínguez, se fijó una cátedra de Sociología a cargo de Cecilio Báez.
Así también, en 1901, Cecilio Báez fue nombrado ministro Plenipotenciario de Paraguay en México, y delegado de la 2ª. Conferencia Panamericana. Su ponencia fue aprobada y a su regreso se le dio una gloriosa bienvenida.
Emilio Aceval resumió sus pensamientos con estas sencillas palabras: “Tengo por axioma, y no sin fundamento, que la obra de la reconstrucción nacional requiere la mayor suma de energía intelectual, la mayor prudencia en la elección de los medios y un esfuerzo común del patriotismo”.
Una recaída en la situación política ocasionó serios conflictos que se reflejaron en el Parlamento.
El 9 de enero de 1902, un comité revolucionario que estuvo formado por los generales Caballero y Escobar, y el coronel Escurra concluyeron los deseos de derrocar a Aceval, lo obligaron a renunciar, y en el recinto parlamentario estalló un incidente que dio como resultado la muerte del senador Facundo Insfrán y la herida de varios congresistas. Inmediatamente, se reanudó la Sesión y el Congreso resolvió nombrar como reemplazo a su propio vicepresidente, don Héctor Carballo.
Hombre de negocios, se desempeñó además como Diputado y fue ministro de Guerra y Marina, durante el gobierno del Gral. Egusquiza.
Lo que hoy es conocido como Mburuvicha Róga fue construida por inmigrantes italianos, los hermanos Cristóbal y José Peris, por encargo del Dr. Emilio Aceval para su casa de descanso.
Posteriormente, el señor Aceval vendió la enorme mansión a don Elías C. García, jefe de la Policía de la Capital, luego de la revolución de 1904.
La residencia presidencial fue adquirida por el Estado Paraguayo, ya bajo la presidencia de Higinio Morínigo.