29 mar. 2024

De la tierra dependen las lenguas

Las lenguas y el relato. Alba Eirági siente lo que dice sobre los pueblos indígenas y habla desde ese lugar.

Las lenguas y el relato. Alba Eirági siente lo que dice sobre los pueblos indígenas y habla desde ese lugar.

Miguel H. López

Si el Estado paraguayo quiere honrar el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, establecido por la ONU, debe restituir y titular todas sus tierras a las comunidades que hoy las reclaman. La palabra, las lenguas y su supervivencia están esencialmente relacionadas con la tierra y el territorio. Esta es la meridiana síntesis de Alba Eirági Duarte, dirigente y escritora ava que se muestra crítica al modo en que el Gobierno encara este tema en particular.

Ella es genéticamente aché (hija del ya legendario Kuchïngi Duarte, maestro indígena secuestrado cuando niño por los cazadores de personas); sin embargo, por vía materna y opción es culturalmente ava guaraní. En este diálogo se muestra crítica y reflexiva sobre lo que perdieron los nativos a lo largo de estos tiempos y las luchas que aún deben encararse para recuperar lo que les fue despojado.

no se ve, no encaja

–¿Cómo analizás este Año Internacional de las Lenguas Indígenas y el modo en que el Estado encara su gestión al respecto?

–Como indígena, como mujer, no creo en los Estados. No confío mucho. Veo sí la seguridad de mi pueblo, de mi gente, lo que estamos haciendo dentro del Año Internacional de las Lenguas Indígenas; muchas cosas, en la educación, en el área cultural, en lo deportivo. Todo lo que hacemos lo incluimos dentro de esta declaración. Sin embargo, el Estado hasta ahora se mueve a través de la Dirección de Cultura y Diversidad de la Secretaría Nacional de Cultura y a través de la Secretaría de Políticas Lingüísticas. Nosotros, desde la Dirección General de Educación Indígena, iniciamos, pero me destituyeron de la jefatura donde estaba y ya todo fue más difícil seguir. No obstante, impulsamos lo que podemos. Desde el sector civil, la Sociedad de Escritores del Paraguay, que integro, es la que está encarando una serie de actividades. Lo que es el Gobierno, el Estado, no se ve.

–Para los pueblos indígenas la tierra y los territorios son fundamentales para la permanencia de las lenguas. ¿Cómo se compagina el Año Internacional declarado con esta realidad, ya que existen muchos problemas de despojo y no restitución?

–No encaja. En Paraguay cuando hablamos de territorio, tierra, despojos, lucha de las comunidades, colisiona con el mundo indígena. La lengua indígena es el nexo, la oralidad, la comunicación más íntima, cuando uno habla en su lengua es sagrado. Se habla en la casa, en la selva, en las danzas ancestrales, en los rituales... Las lenguas hoy están debilitadas por esta situación de las tierras y los territorios. Duele mucho porque no existe esa seguridad de recuperar, de mantener nuestras tierras y territorios como queríamos y teníamos. Tal vez ya no recuperemos la totalidad, por eso van a seguir las luchas y aumentará su intensidad.

DEVOLUCIÓN DE TIERRAS Y TERRITORIO

–Entonces, ¿qué debería hacer el Estado para la salvaguarda, protección y/o revitalización de las lenguas indígenas?

–Devolver la tierra a los pueblos. Devolver la totalidad, con seguridad, los territorios ancestrales a los diferentes pueblos. Muchos están en diversas circunstancias. No hay un solo pueblo que no tenga problema con su tierra y territorio. El Estado debe devolver, asegurar, que ya no haya atropellos ni desalojos. Que se acaben los arrendamientos, porque estos forman parte del programa del Estado bajo el rótulo del desarrollo que es falso. Están matando la tierra, matando a la gente. Estamos muriendo en vida. Nos levantamos, pero estamos todos enfermos. Nuestras mujeres tienen hijos y los niños nacen con enfermedades incurables, con cáncer, con problemas del corazón, de los pulmones, del cerebro. Antes no era así. Yo tengo 8 hijos, todos nacieron y crecieron en la selva y son fuertes, resistentes. Ahora ya no, son débiles, nacen con muchos problemas. El Estado debe asegurar que los indígenas estén nuevamente en sus tierras. Que cultiven lo que quieran y puedan comer. Reponer las selvas, que ya perdimos bastante. Como están las cosas, están matando la Madre Tierra, el agua, el aire, las aves, la medicina, nuestros remedios de la selva; y todo eso es parte de la vida de un pueblo. En todas esas cosas también están centradas las lenguas, porque en nuestra palabra propia nos medicamos, hacemos nuestro alimento, conversamos, vamos de cacería, entramos al monte, capturamos animales, los trasladamos... Todo tiene su lugar y su modo en nuestras lenguas. Todo tiene que ver con ellas. Si no se aseguran será difícil. Podrán venir otros Años de la Lengua, pero seguiremos en las mismas, acogotados, despojados. ¿Por qué no se devuelven y se titulan sus tierras a las comunidades por el Año Internacional de las Lenguas indígenas? El propio Estado forma e impulsa grupos para enfrentar entre sí a los indígenas. Es triste.

Los pasares indígenas en la literatura

–Todos estos problemas y sentires profundos son los que se reflejan en tu poesía y en tus relatos...

–Así es. Ahora está por publicarse un nuevo libro que reflejará todos aquellos decires y haceres de la cultura ava. Será un relato de historia sagrada con ilustración propia. Tomo las historias conversadas por décadas con los ancianos de mi pueblo de los que muchos ya están muertos. Es cumplir con un pedido que ellos mismos me hicieran: hacer conocer las historias de nuestro pueblo.

–¿Cuál es la trascendencia, la profundidad de estos relatos?

–No son cuentos, sino Ava ayvu tee, historia sagrada del pueblo ava y estará editado en tres idiomas: castellano, guaraní paraguayo y guaraní ava.

EL UNIVERSO SAGRADO DE LOS AVA GUARANÍ

–¿A qué vamos a acceder cuando leamos tu libro?

–A los saberes y la profundidad de los significados de los elementos sagrados en el mundo ava guaraní. Por ejemplo lo que significa el trueno en nuestra cultura. Soy genéticamente aché, pero culturalmente ava. Conozco el universo y el modo de ser ava. El trueno es una gran cosa. Como enseñan los ancianos, debemos sentarnos y escuchar; no correr, no desesperar. Escuchar. El trueno viene a recorrer y revisar lo que hay sobre la tierra y remendar lo que esté descompuesto. De allí que muchos reciben sus nombres del trueno, de aquello que suena o truena... También al relato del fin del mundo desde lo que cuentan los ramói kuéra (líderes espirituales). De cómo quienes desoyeron los consejos y advertencias no fueron salvados de la destrucción del mundo y quedaron a enfrentar esa realidad.

-Es una suerte de ingresar al universo ava, al del relato sincrético de sus oporaíva (oradores) desde dentro de quienes viven esa cultura...

Y nuestra palabra. Valoramos a los animales del monte porque son nuestra gente, su reencarnación. Y valoramos nuestra palabra porque es importante, es hermosa; porque llega a lo profundo. Cuando me toca ir a las escuelas o colegios de los no indígenas y hablo de estas historias, de nuestros seres y creencias es visible cómo esa palabra ingresa a lo profundo, y lleva a la reflexión.

El nuevo libro de Alba Eirági (el anterior era de poesía Ñe’ë yvoty ñe’ë poty) concentra 100 relatos de los ancianos de su pueblo y otras recopilaciones tomadas durante más de tres décadas de conversaciones y recorridos por los universos dichos o cantados de los ancianos que rezan. La presentación formal será el 29 de junio a las 8.00 en el Instituto Nacional de Educación Superior dentro del XVII Encuentro de Escritores del Mercosur. Esa misma tarde será lanzado en la ciudad de Yaguarón como parte de la misma actividad. Ella es la única mujer indígena que hasta ahora incursiona en al ámbito de la literatura escrita.

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