Sin embargo, la ley no pone un plazo específico para que esto ocurra, puntualiza Martha Perrotta, representante de dicha organización en dicho proceso.
El doctor Aldo Castiglioni menciona que con la 7.018 el centro asistencial funcionará solamente para casos agudos, un centro de atención en urgencias siquiátricas.
Los pacientes deberán cumplir criterios para llegar a ese nivel de complejidad para acceder a la atención integral y luego reinsertase a la sociedad. “Ese es el objetivo que tiene nuestro país”, señala Castiglioni.
La representante de Alames plantea que las personas que ya no tienen contacto con sus familiares, sean llevadas a hogares sustitutos. Estos espacios deben replantearse no solo en su infraestructura sino también en su funcionamiento.
Sobre el pedido del cierre del hospital, Castiglioni pone como ejemplo situaciones similares ocurridas en otros países donde se aceleraron los procesos.
“Ocurren cuatro fenómenos catastróficos. Cuando se acelera un cierre de un hospital como este, al disminuirse esas camas aumenta la población carcelaria”.
“ A ello se suma el aumento de la indigencia y el aumento de los suicidios. El último fenómeno es el reingreso al hospital”.
Martha Perrotta enfatiza lo significativo que resulta el neurosiquiátrico para todos y en particular para quienes trabajan en la Salud Mental.
Por ello recalca que es necesario empezar el proceso de traslado de los pacientes crónicos a otros lugares. El sistema de salud debe aggiornarse para transformar el enfoque manicomial actual a uno enfocado en los derechos humanos.
“Allí (en el Neurosiquiátrico), se tortura a la gente. Se siguen utilizando métodos como el electroshock. La persona pierde su identidad desde el momento en que se interna”, expresó la sicoanalista. Castiglioni admite que aún se sigue usando la terapia de electroshock. “Se usa acá y en todo el mundo”, dice.