El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, denunció la puesta en marcha de un escenario de provocaciones diseñado por los rusos para justificar un ataque contra Ucrania, tras dos días de enfrentamientos. Las autoridades secesionistas del este del país ordenaron evacuar a los civiles. Un portavoz del Departamento de Estado consideró cínico y cruel utilizar a seres humanos como peones, con el fin de distraer la atención del hecho que Rusia está reforzando a sus tropas de cara a un ataque.
Y el secretario de Defensa norteamericano, Lloyd Austin, aseguró que el ejército ruso estaba enviando más fuerzas, preparándose para una intervención acercándose a la frontera, posicionando tropas, aumentando sus capacidades logísticas. Un responsable estadounidense estimó que Rusia contaba con 190.000 efectivo en las inmediaciones de Ucrania y en su territorio, incluyendo a las fuerzas separatistas. Hasta ahora, se hablaba de 150.000 en las fronteras del país.
El presidente ruso acusó a Ucrania de atizar el conflicto y admitió una agravación de la situación en Donbás, región donde el ejército ucraniano se enfrenta desde hace 8 años a las fuerzas separatistas. “Todo lo que Kiev tiene que hacer es ir a la mesa de negociaciones con los representantes de [los separatistas] del Donbás y hablar”, declaró Putin al recibir a su homólogo y aliado bielorruso, Alexander Lukashenko.
Tomar las armas. Durante todo el día, los beligerantes se acusaron mutuamente de violar una tregua y de utilizar armas pesadas. Los países occidentales amenazaron a Rusia con sanciones económicas si decide atacar a Ucrania.
“Las sanciones se impondrán ocurra lo que ocurra. Haya o no una razón, ellos encontrarán una, pues su objetivo es frenar el desarrollo de Rusia”, consideró Putin.
El retumbar de las bombas se percibía en Stanytsia Luganska, una localidad ucraniana bajo control de las fuerzas gubernamentales cerca de la línea del frente. La víspera, esta ciudad ya fue blanco de bombardeos, que alcanzaron una guardería, en un ataque que por milagro no dejo ningún muerto.
Denis Pushilin, dirigente separatista de la región de Donetsk, anunció una evacuación de civiles a Rusia, en primer lugar, las mujeres, los niños y los ancianos. Leonid Pasechnik, líder de Lugansk, hizo lo mismo y pidió a todos los hombres capaces de portar un arma, que defiendan su patria.
Putin ordenó que se pague 10.000 rublos (unos 114 euros, 129 dólares) a cada evacuado de esas zonas. Las cadenas de televisión rusas difundieron imágenes de evacuaciones de niños en un orfanato. “Eso no está ocurriendo”, declaró no obstante el ministro ucraniano de Defensa, Oleksiy Reznikov, ayer ante los diputados.