Un problema, una solución. La Dra. Gladys María Almendra Acosta Talavera, odontóloga, ideó y desarrolló trajes de bioseguridad impermeables autorrefrigerados, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los trabajadores de la salud o cualquier otro que requiera protección contra la infección de virus —como el SARS-CoV-2— en su actividad de riesgo.
El proyecto fue adjudicado recientemente por el Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología (Conacyt) y se presentó con el patrocinio de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción (FP-UNA). Los singulares trajes de bioseguridad próximamente serán comercializados a través de la empresa Millennial.
La innovación de la Dra. Acosta consistió en crear un gel que funciona como un sistema de refrigeración que va entre la tela impermeable y que mantiene a la persona fresca hasta por tres horas. La idea nació hace un año, cuando la Dra. Acosta Talavera se vio obligada a cerrar su consultorio odontológico a causa de la pandemia. Sus ingresos, como los de otros profesionales, se vieron disminuidos y se puso a pensar en cómo generar un nuevo ingreso. Pasaron los días y tuvo que atender en su consultorio cinco urgencias.
‘‘Me equipé como astronauta y al terminar el procedimiento salía totalmente empapada, muy agotada laboralmente. Trabajaba una o dos horas y terminaba así. Noté que disminuía mi calidad de vida y la productividad por el calor que generaba el traje de bioseguridad, a pesar de estar el aire acondicionado’’, manifestó. La odontóloga encontró un problema y se puso a idear una solución.
Víctor Amín Chamorro, socio de Acosta en Millennial, comentó que la doctora se puso a investigar si existía alguna alternativa o alguna solución a la incomodidad que causaba el calor que se generaba en los trajes de protección, entonces dijo que tenía que crear un traje. ‘‘Me encontré con el desafío de refrigerar el traje’’, señaló Acosta. Se puso a leer y encontró que las compresas existentes duraban solamente 20 a 30 minutos, no servían para el traje porque las jornadas laborares son largas.
Empezó a experimentar con varias fórmulas. Prueba y error y después de varias semanas encontró que uno de los prototipos de gel frío se descongeló después de dos horas. Encontró la fórmula hoy patentada.
Este proceso que duró seis meses fue acompañado por la Facultad Politécnica, que apostó por el innovador traje de bioseguridad y presentó el proyecto al Conacyt, que adjudicó G. 180.324.083 a la propuesta Millennial, trajes de bioseguridad autorrefrigerados por contribuir a la mejora de la productividad de la economía paraguaya, fomentando el crecimiento de la inversión en investigación aplicada e innovación.
Chamorro explica que básicamente los trajes tienen cuatro bolsillos internos ubicados estratégicamente para dar una sensación de frescura al colocar las compresas de gel frío, que mantienen la temperatura por tres horas, gracias al desarrollo de una fórmula, una combinación de químicos no tóxicos que hace que el gel se descongele lentamente y absorba la humedad dentro del mameluco impermeable. ‘‘Esto da confort dentro de los trajes en situación de mucho estrés, mejora la productividad de la persona’’. El traje de bioseguridad es lavable y reutilizable por su calidad. Las compresas deben estar en el refrigerador dos horas como mínimo para ser utilizadas. Estarán a la venta para médicos, enfermeras, odontólogos, bioquímicos, bomberos, explicaron.
Logré darle forma a mi idea gracias al acompañamiento. Con buena intención y ganas de superación, se materializa una idea. Dra. Gladys Acosta, odontóloga.
Estamos en proceso de comercialización. Esta gran posibilidad que nos da Conacyt nos permitirá una producción a escala. Víctor Amín Chamorro, empresario.