En plena cuarentena total, la familia se dedica a la actividad que surgió como un desafío de parte de una médica que le enseñó los modelos y materiales impermeables que se deben usar, para cumplir con los protocolos.
Doña Marta Alfonso de Rojas se convirtió en los últimos días en la persona más requerida de parte de profesionales de blanco ante la amenaza del coronavirus.
La confirmación del primer caso en Caaguazú despertó la necesidad de médicos y enfermeras de invertir en atuendos de bioseguridad para tratar de evitar el contagio.
Rápidamente la demanda superó la capacidad de producción de doña Marta que trabaja en su casa.
“No doy abasto por eso le pido ayuda a mis familiares para cumplir los pedidos. La materia prima consigo en la ciudad”, comentó.
Más de 100 conjuntos entre batas y mamelucos figuran en la lista de espera, la mayoría solicitada de manera particular por los profesionales. RF
