10 sept. 2025

Construyen casa a una mamá que se gana la vida carpiendo chacras

Ahora.  La nueva vivienda de doña Tomasa y familia formada con ladrillos de la solidaridad.

Ahora. La nueva vivienda de doña Tomasa y familia formada con ladrillos de la solidaridad.

La historia de doña Tomasa Saavedra –quien trabaja en chacra ajena carpiendo y cuya vivienda de adobe y paja estaba en peligro de derrumbe– conmovió a varias personas e instituciones que decidieron ayudarla. La mujer, quien es madre soltera, recibió aporte monetario, víveres y materiales para construir una casa de material, en la que puedan resguardarse tanto ella como sus cuatro pequeños hijos y una tía con discapacidad.

Luego de la publicación de Última Hora, sobre su precaria condición de vida, doña Tomasa afirma que recibió ayuda desde distintos lugares. La mujer reside con su familia en la compañía Potrerito de San José de los Arroyos, Caaguazú.

“Llegaban personas a quienes nunca vi, me trajeron alimentos y ropas para mis hijos. Otros enviaron dinero para que pueda construir mi casa. Los pobladores de la zona también me ayudaron con la construcción”, comentó con una chispa de emoción.

Nelly Mujica, docente de la zona, relató que varios lugareños decidieron organizarse para edificar el hogar de la humilde familia. “Hicimos colaboración entre los pobladores que podían y también pedimos ayuda a personas que residen en otras ciudades. En una hoja de cuaderno, diseñamos con mi marido el plano de la casa y un vecino albañil se encargó de la obra. Realmente nos conmovió ir a conocer la forma en la que vivían. Nunca vimos porque viven a unos cuántos kilómetros de nuestra zona”, comentó la profesora.

La casa aún no está lista. Para culminar ahora precisan de ventanas, piso y tiempo del constructor. La Municipalidad del distrito y dos cooperativas también habrían donado parte de los materiales.

Servicio. La familia de doña Tomasa no contaba con agua por sistema de cañería. El abastecimiento lo realizaba de un pozo artesiano cuyo tratamiento casero era con lavandina. Ahora, los miembros de la Junta de Saneamiento de la compañía se encargaron de instalarle agua potable y exonerar el cobro.

Saavedra es madre soltera y se dedica a carpir propiedades agrícolas ajenas para mantener a sus chicos. También recibe el apoyo del programa Tekoporã, cuyo aporte es de G. 500.000, aproximadamente, pero la acreditación es solo cada dos meses.

A su morada anterior tuvo que colocarle puntales para evitar que se desplome por completo, pues un fuerte temporal dañó en gran medida la estructura. Cuando estaba en dicha situación, había comentado que su sueño era tener recursos para reemplazar la vivienda de barro por una de tabla. Gracias a la solidaridad, ella y su familia disfrutarán de un espacio mucho más seguro y el ambiente, con la calidez de su persona, seguirá siendo igual de acogedor.