La Ilex Paraguariensis, es decir, la yerba mate, es la protagonista exclusiva de este encuentro, cita simultánea del VI Congreso Sudamericano de Yerba Mate y el II Simposio Internacional de Yerba Mate y Salud, en el que más de 400 expertos, profesionales del sector y estudiosos de la planta vierten sus conocimientos sobre sus usos, procesos industriales y aparentemente innumerables virtudes.
“Esta instancia abre totalmente el espectro de estudio y tendremos charlas sobre la bioquímica del mate, sus efectos biológicos con estudios clínicos, experiencias de agricultura, políticas de producción y hasta los nuevos usos que se le están dando”, apuntó a Efe Nelso Bracesco, investigador uruguayo y presidente del comité organizador de la reunión.
Entre sorbo y sorbo de mate, el científico explicó que la idea tras este doble encuentro era reunir a la los académicos con los productores y los consumidores, habilitando una instancia en la que “de todo lo que se pueda hablar del mate, se hablará”.
Bracesco definió a la yerba mate como la infusión “tradicional de la región” del Río de la Plata, entre Argentina, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil, una bebida “amarga, que si se puede comparar con algo, sería con el té”.
Prácticamente desconocida fuera de la región, la yerba mate tiene una universal presencia dentro de la misma, tanto en su forma más tradicional servida dentro de una calabaza hueca junto al agua casi hirviendo, como cocida y colada al modo del té chino, o como “tereré”, la versión predilecta en Paraguay, con agua helada.
Bracesco señaló que pese a su alto consumo desde hace siglos, solo ahora se están empezando a realizar estudios clínicos y médicos sobre su uso, que precisamente están siendo revelados en esta reunión.
“Hoy mismo se presentó un estudio que señala que el mate baja entre un 8 y un 9 % el colesterol malo a quienes lo consumen. Otro estudio demostró en modelos animales su efecto estimulante y de mejora de la atención. Y está su papel como antioxidante, ya que es rico en polifenoles que benefician la salud. Hay mucho en el mate y sin duda hay que seguir estudiándolo”, añadió.
En este sentido, el encuentro no se quedará atrás, ya que durante sus tres días de desarrollo se presentarán más de cincuenta charlas, estudios e informes sobre la yerba.
Algunos de los tópicos a estudio, por ejemplo, serán “los efectos del Ilex Paraguariensis en procesos inflamatorios agudos y subcrónicos en ratones”, los “procesos de producción de yerba mate descafeinada y de micro/nanopartículas de cafeína usando dióxido de carbono supercrítico” o “el efecto del consumo de mate en el transito intestinal”.
Respecto a este último punto, los estudios demostraron una creencia antigua en la región: quienes toman mate puede ir hasta el doble de veces al baño semanalmente que los que no toman con el único efecto adverso de tener un mayor ardor de estómago.
Carlos Coppoli, representante del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) argentino en la reunión, analizó a Efe el papel comercial que los avances que se están viendo en la producción de la planta y en sus beneficios para la salud.
Coppoli, cuya organización trajo a Montevideo un trailer para promover ante el “entendido público uruguayo” la yerba mate de su país, resaltó que como industria, saber “lo saludable que es el consumo, analizar los avances que hay en la producción y comprobar que el producto final es cada vez mejor” siempre es “una buena noticia”.
Todas estos avances, sin embargo, no le importan tanto a los uruguayos como su precio, que en el último año trepó casi un 40 % en el mercado local, al ser un producto de importación.
Uruguay, el mayor consumidor per cápita de mate del mundo con más de nueve kilos por persona al año, es víctima de la paradoja de no producir el producto ni poder hacerlo, pues la yerba tiene una limitada zona de cultivo y solo se da en el entorno de los ríos Paraguay-Paraná (en Brasil, Argentina y Paraguay).