Hace como tres semanas que los miembros de la Asociación de Confeccionistas Deportivos, encabezados por Jorge Cazal, propietario de Saltarín Rojo, solicitaron ser atendidos por la ministra Liz Cramer para exponerle la problemática que les afecta. Sin embargo, hasta el momento no obtuvieron la atención de la titular de Industria y Comercio, mientras la situación se torna acuciante para ellos.
Este gremio aglutina a 820 adherentes, propietarios de industrias manufactureras de prendas deportivas de diversas envergaduras, que emplean a casi 2.500 personas, mientras que otorga ingresos, en forma indirecta, a cerca de 7.400. “Nosotros pagamos en forma y regla a todos nuestros trabajadores, pero ahora precisamos de créditos con urgencia para subsistir hasta marzo de 2021”, dijo Cazal.