29 mar. 2024

Concepción, antes de la llegada del gobernador Pinedo

El 25 de mayo se celebra el 248 aniversario de la Perla del Norte. Viajemos casi 200 años para conocer qué había en la región, antes de la fundación de la Villa Real de Nuestra Señora de la Concepción de Costa Arriba.

Rodrigo Cardozo Samaniego

Historiador

Branislava Susnik refiere que, al iniciarse la conquista hispana en el área rioplatense, los aborígenes se hallaban en pleno proceso migratorio y con gran movimiento dispersivo hacia el sur, debido a la conquista incaica que se dio un siglo antes de la llegada de Colón (1294). El Chaco se constituyó desde entonces en un refugio de migrantes. Entre esos se destacó el Guaicurú, que vivía en diferentes tribus cazadoras nómadas, cruzaron a la Región Oriental en 1672 asentándose entre los ríos Jejuí y Apa.

En 1536 llegó el primer adelantado al estuario del Plata, don Pedro de Mendoza, pero fue Juan de Ayolas el primero que navegó río arriba en dirección a Charcas, penetrando en las sierras del oeste con 130 hombres desde el lejano puerto de la Candelaria, el cual ahí lo fundó (más arriba de Bahía Negra).

En 1539, Domingo Martínez de Irala funda los pueblos de Guarambaré, en la boca del arroyo Saladillo, en los 23°23’01” como también el pueblo de San Pedro del Ypané, en la boca del hoy conocido como arroyo Calaverita en 23°16’26” de latitud y distanciados por pocas leguas, ambos en el actual departamento de Concepción; y que según Azara “… eran conocidas como entrada al valle de Agaguigó”. Es por este motivo que suponemos que Irala fue el primer español en pisar tierras concepcioneras.

El pueblo de Ypané, en un principio, se llamó Pitun y después tomó el nombre del río referido. Su cura era el mismo que el de Guarambaré y también asistían a otras reducciones más al norte, cuyos indios se hallaban en Santa María de Fe y en Santiago de los Chiquitos. En 1579 el coronel Juan de Garay fundó la reducción Perico Guazú (tres leguas antes de la boca del Aquidabán), que desde los campos de Jerez condujo a una porción de sus habitantes que eran indios Ñuarás (Guanás), en las inmediaciones del pueblo de Ypané en 23° 13’ 30”, que al decir de Azara en ese sitio “… aún quedaban vestigios de esa población”.

ATAQUES DE INDIOS

El 12 de diciembre de 1673, Pedro Hurtado pasó del pueblo de Ypané a visitar el de Perico Guazú.

En este lugar se le presentaron setenta indios del pueblo de Guarambaré con sus caciques: don Pedro Kambá y don Pedro Guarambaré, comentándole a Hurtado que un indio tomó el nombre de Paytará, fingiéndose dios resucitado y como tal exigía ser adorado. Hizo que muchos indios huyeran a los ríos Pitun (Ypané), Piray (Aquidabán) y en tierras de los Itatines (Mato Grosso), ya que el mismo mató todas las vacas y animales que los españoles le habían dado.

Por ese motivo, el visitador Hurtado mandó a los mencionados caciques que fuesen a los bosques y trajesen a los indios al pueblo como en efecto sucedió. Ulrico Schmidl refiere este mismo suceso como acaecido en el año de 1578 y que el referido Paytará, en realidad, se llamaba Oberá, quien había forjado muchos combates a los conquistadores.

En 1661, los Mbayas atacaron y mataron muchos indios del pueblo de Santa María de Fe que estaba ubicada al sur del río Apa en 22° 5’ en su confluencia con el río Paraguay (actual ciudad de San Lázaro). También atacaron con lanzas el pueblo de San Pedro del Ypané, en 1672, robándose caballos que los utilizaron al año siguiente de 1673 en su primera expedición montada a dicho pueblo que acababa de ser abandonado.

De ahí cruzaron a Guarambaré que también la encontraron abandonada. Siguieron las huellas hasta el río Jejuí y como vieron que ya habían cruzado, dieron la vuelta y establecieron sus tolderías por primera vez en la costa oriental del río Paraguay y no muy lejos de su confluencia con el Aquidabán (Toldo Cué).

Ypané, Guarambaré y Perico Guazú al ser abandonados, el cura de Ypané, Miguel Díaz, los llevó hasta Villa Rica que en ese entonces estaba donde hoy es Curuguaty y ahí quedaron a esperar algunos auxilios de La Asunción. Se mantuvieron hasta febrero de 1676, en que se dirigieron a la Asunción, cuyo Cabildo los colocó interinamente donde hoy día están. La historia de los citados pueblos norteños es la misma, que por temor a los bárbaros guaicurúes fueron abandonados y destruidos por los bandeirantes en 1674.

EL CONTINUO AVANCE PORTUGUÉS

Los portugueses en el siglo XVIII continuaron avanzando, fundando asentamientos en la zona del Alto Paraguay, marcados por los descubrimientos de minas de oro en Cuyabá (1724) y Guaporé (1750), llegando inclusive hasta las inmediaciones del río Ypané. Para ese año se conocían a los ríos con distintas denominaciones, lo que hizo que los demarcadores confundieran el río Corrientes con el Ypané, quedándose erróneamente “… resuelta la frontera del Paraguay con el Brasil hasta el río Ypané”.

Para 1752 los portugueses penetraron hasta el Ypané, pero en 1754 llegaron los hermanos Villasanes, de nacionalidad española, para las primeras demarcaciones de límites junto a científicos como Manuel Antonio de Flores y Diego de Alvear.

El gobernador Morphy pidió ayuda a Buenos Aires y al virrey del Perú, con el objeto de organizar una expedición para desalojar a los intrusos, pero no consiguió el socorro necesario.

En 1759, dos caciques Mbayas consolidaron la amistad con los españoles y luego de una visita a Asunción pidieron el establecimiento de reducciones en sus tierras, a cargo de misioneros jesuitas y así principió el avance español al norte y, en consecuencia, los padres jesuitas José Sánchez Labrador y José Martín Mantilla fundaron en 1760 la reducción de Nuestra Señora de Belén, a un cuarto de legua al norte del río Ypané a los 23°30’ de latitud sur.

Los peligros no cesaban y exigían la fundación de una población española entre los ríos Jejuí y Ypané, que sirviera de contención a unos y otros. Varios pedidos al Cabildo fueron presentados por el padre Méndez, cura doctrinero de Belén. El 4 de marzo de 1773, el Cabildo de Asunción consideró conveniente, aprobó y posibilitó la fundación de una villa de españoles entre los citados ríos.

Es así como el 3 de mayo zarpa de Asunción la expedición fluvial al mando del gobernador Agustín Fernando de Pinedo y otra terrestre, ambos frentes se encontraron en el Puerto de Belén (boca del Ypané), el 20 de mayo de 1773 y lo que ocurrió en los días posteriores: ya es otra historia.

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