Con uno menos, el Decano fue más

Vaya forma de empezar el partido la de Olimpia. La pierna levantada de Silva puso en riesgo la integridad física de Cazal y nada que objetar. Éber Aquino no dudó y le mostró la roja. Acicateado, con el golpe anímico, Sol acarició el gol, pero Alfredo Aguilar puso el pecho y sacó a flote la vela, quizá en su momento más crítico. Lo acompañó el capitán Rodrigo Rojas, quien tomó la bandera franjeada para clavarla en el área rival en una gran acción personal que él inició y él la cerró en un gran gol. Esto pegó directo al corazón danzarín, que empezó a flaquear y más aun cuando Cazal tuvo la desdicha de cometer una penal (revisado por VAR) que Camacho no falló. La tremenda contundencia franjeada en este tramo del torneo tiene como gran responsable al Pollo Recalde, quien puso el 3-0 en una definición lujosa, de crack, tras magnífico pase de Montenegro.