En poco menos de un año, la gestión municipal en Ciudad del Este, capital del Alto Paraná y localidad estratégica de la Triple Frontera entre Paraguay, Brasil y Argentina, ha experimentado cambios notables.
Tras una larga lucha ciudadana que cuestionaba al llamado Clan Zacarías, que manejó por casi 17 años el gobierno comunal junto a otras instancias de poder en la región, finalmente la administración de la intendenta Sandra McLeod de Zacarías fue intervenida por el Poder Ejecutivo, con aval del Congreso. El informe de esa intervención, con acusaciones de varios hechos de corrupción, resultó decisivo para que el Congreso destituya a la intendenta y se convoque a nuevas elecciones en mayo de 2018.
Sorpresivamente, ni el candidato del oficialista Partido Colorado ni el del principal partido de oposición, el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), resultaron ganadores, sino el de una tercera opción conformada por movimientos ciudadanos y partidos más pequeños. El joven abogado Miguel Prieto, identificado con las movilizaciones ciudadanas de lo que se llamó “la liberación y recuperación de Ciudad del Este”, asumió la intendencia el 13 de mayo de 2019. Desde entonces se han registrado varias acciones que molestan a algunos sectores políticos, pero han encontrado el respaldo de un amplio sector de la ciudadanía.
CONTRA LA CORRUPCIÓN
El combate a la corrupción interna dentro de la Municipalidad es uno de los principales desafíos. En charla con Última Hora, el intendente Miguel Prieto admite que el flagelo aún no está controlado totalmente, pero que las medidas adoptadas les permitieron realizar pasos importantes hacia su control.
“Creo que avanzamos en un 70 por ciento, queda un margen del 30 por ciento muy fuerte, muy arraigado, difícil de combatir, porque también tenemos a muchos sectores que obtienen ventaja y les cuesta romper este sistema”, destaca,
El jefe comunal es claro al mencionar que una de las dependencias más corruptas en la institución, en este momento, es Obras Particulares, de la Dirección de Área Urbana.
“Esta dependencia es por lejos el área más corrupta de la institución municipal, por eso hemos hecho cambios estructurales y hago un llamado a la ciudadanía, inversionistas, a pagar sus impuestos de manera legal y ayudarnos a combatir la corrupción”, exhorta.
ACCIONES AUDACES
Desde que asumió la intendencia, fueron varias las acciones en busca de cambiar la corrupción interna y mala imagen instalada sobre el manejo de la administración municipal.
Una de las medidas audaces del intendente fue la recuperación de la administración de la Terminal de Ómnibus de Ciudad del Este, que permanecía tercerizada por una empresa privada durante 33 años, y a la que sectores de la ciudadanía atribuían como un negociado de la anterior administración. Basándose en un dictamen de dependencias técnicas municipales, el intendente se presentó en julio de 2019, al frente de un equipo de funcionarios y con acompañamiento de la prensa, a desalojar a los funcionarios de la empresa Itá Paraná SRL. La acción tuvo mucho respaldo de la ciudadanía por las mejoras introducidas, más aún cuando anunció que gran parte del dinero recaudado inicialmente sería destinado al Hospital Regional, a través de un Consejo Local de Salud. El fuerte respaldo ciudadano permitió resistir a órdenes judiciales que intentaron obligar a devolver la terminal a manos privadas.
Otro caso muy aplaudido fue el desmantelamiento de la Dirección de Policía Municipal, considerada como una de las dependencias con más denuncias de hechos de corrupción. Fueron 40 los despedidos. Todos cobraron sus respectivas indemnizaciones en diciembre pasado, así como el aguinaldo proporcional. Previamente, Prieto había formado en secreto a nuevos agentes para su propia Policía Municipal, que logró cortar las denuncias de corrupción, pero que aún está en proceso de formación debido a que no todos soportaron la presión que significa el uniforme y la exigencia del cumplimiento de las ordenanzas municipales, en un campo que se manejó sin ley por mucho tiempo. Casi la mitad de los 70 nuevos agentes han presentado renuncia y hoy está otro grupo en formación.
Se destaca igualmente un despido masivo de personas que no cumplían funciones o simplemente eran planilleros dentro del cuadro del personal municipal, ajustando la cantidad de funcionarios a lo que le permite su presupuesto. Todas estas acciones le valieron muchas críticas y presiones de todo tipo al jefe comunal desde diferentes sectores, empezando por la misma Junta Municipal, donde a duras penas está logrando mantener una mayoría propia.
MÁS CONTROLADA
“Tratamos de arreglar muchas cosas, por lo menos la institución está más controlada. Voy a mentir si digo que estamos bien, empezando por la crisis económica que azota la ciudad. Si todo estaba mal, pero si por lo menos la ciudadanía tenía un ingreso, la gente iba a estar feliz, pero hoy no estamos felices, no estamos contentos, no estamos satisfechos, seguramente muchos hoy se dan cuenta de la importancia de los estudiantes brasileños que acuden a estudiar en universidades de nuestra ciudad”, señala Prieto.
Respondiendo a las críticas, el jefe comunal admite que nadie está preparado para un cargo como el que le tocó desempeñar y que no solo es necesario tener buenas intenciones, sino también es necesario tener el respaldo y la fuerza política necesaria para realizar los cambios necesarios.
“Si tenía un respaldo político más fuerte, como el que tienen otros intendentes de partidos más grandes, podía haber hecho cambios grandes, pero hacemos lo que podemos con lo que tenemos, aunque contamos con el respaldo más importante, que es el de la ciudadanía”, refiere, adelantando que muchos de los cambios planeados ya no los podrá realizar en este periodo (le ha tocado solo dos años de gobierno, para completar el periodo inconcluso de la anterior intendenta destituida), debido a que el 2020 será un año eminentemente electoral.
UNA LARGA LUCHA
Los días duros y conflictivos, de constantes jornadas de movilización popular, de enfrentamientos y represión policial en Ciudad del Este, entre sectores que apoyaban a los miembros del Clan Zacarías y los que buscaban desplazarlo de la gestión municipal, han quedado atrás. Fueron jornadas complicadas, pero que finalmente terminaron con lo que muchos consideran una victoria ciudadana.
El Clan Zacarías manejó la institución municipal desde el 18 de diciembre del 2001. Primero, Javier Zacarías, quien fue reelecto 5 años después para un segundo periodo (2005-2010). Luego renunció para ser precandidato a vicepresidente por un movimiento interno del Partido Colorado, no sin antes asegurar que la Junta Municipal confirme a su esposa, la entonces concejala Sandra McLeod, como intendenta municipal para completar el periodo. Fue electa para el periodo 2010-2015 y reelecta para el periodo 2015-2020, que ya no pudo completar.
Las protestas ciudadanas presionaron a los concejales municipales y los opositores lograron sumar votos y solicitaron la intervención, aprobada por la Cámara de Diputados. Todas las denuncias fueron comprobadas y documentadas posteriormente por la interventora Carolina Llanes en su informe presentado al Ministerio del Interior hace un año atrás. Ese informe fue el argumento utilizado para que una mayoría decidiera destituir del cargo a Sandra McLeod de la administración municipal. En las elecciones, la ciudadanía confirmó el hartazgo y su deseo de cambio, apostando a un candidato del sector independiente.
En el balance de poco menos de un año de gestión, gran parte de la ciudadanía reconoce signos positivos, principalmente en la transparencia acerca de los ingresos, en los gestos de lucha contra la corrupción, aunque todavía se ven pocos resultados de mejora ante los problemas de tráfico y de ordenamiento de la ciudad. Desde sectores que apoyaban al grupo político del Clan Zacarías y del mismo Partido Colorado oficialista arrecian las críticas, sobre todo buscando reducir las chances de que Miguel Prieto pueda ser reelecto en las próximas elecciones.
Desde organizaciones sociales más críticas, como la oenegé ReAcción Paraguay, que mide el uso de los recursos de Fonacide, se reconocen las buenas intenciones de la administración, pero se cuestiona “la priorización de protagonismos personales por encima de la cooperación con otros actores locales tanto del sector privado como de la sociedad civil”. Ciudad del Este cambió positivamente, pero aún falta mucho por hacer.