Suman seis comunidades urbanas reconocidas por el ente rector, pero totalizan al menos 18 asentamientos en el Departamento Central, según estimó el Ing. José Luis Rodas, director de la Dirección de Protección a Pueblos Indígenas.
A su parecer, con esta cuarentena lograron controlar la callejización de muchos nativos en capital.
El jueves 12 de marzo realizaron el último operativo de traslado de 41 indígenas que viven en alquileres, cerca de la Terminal de Ómnibus de Asunción.
En dos semanas –contó– llegaron a trasladar a 82 personas a sus comunidades. “La idea era seguir haciendo el fortalecimiento comunitario, pero (debido a la cuarentena) tuvimos que suspender. Los traslados también suspendimos ya”, refirió.
Ahora, la estrategia pasa por asistir a las comunidades más vulnerables que están establecidas en las periferias urbanas. Esta semana visitaron con gente del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (Minna) y la Defensoría Pública la comunidad Tapyi Haeño, ubicada en el barrio Molino de Luque, donde viven diez familias Mbyá Guaraní.
Hicieron lo propio en los asentamientos Takuapumiri y Yvapovondy, de Villeta y Luque, respectivamente, donde llevaron asistencia alimentaria a 25 familias. “Están asentados hace 12 años y son las comunidades que suelen sacar a las criaturas a las calles”, indicó lo que maneja la Dirección de Pueblos Originarios del Minna.
Se hace un diagnóstico para evitar que salgan de sus comunidades. Lo más urgente es la provisión de agua y energía eléctrica. Los kits alimenticios alcanzarán para este tiempo de aislamiento social. Además, se les dejó insumos para la higiene como jabón, alcohol rectificado y otros.