18 jul. 2025

COMPARAN AL PAÍS CON UN CIRCO

Un gran espectáculo que atrae y divierte mucho a personas de distintas edades es el circo. En él se combinan la magia de la función con el propio espíritu aventurero de los protagonistas. Desde el montaje de las carpas, los acróbatas, malabaristas, los animales, y hasta el infaltable payaso, todo se une para crear una atmósfera incomparable y generar la risa de sus espectadores.

Muchos de tantos circos actualmente van desapareciendo; sin embargo, nuestro país aún conserva su carpa circense gracias a muchos gobernantes que siguen tomando de él condimentos y elementos para imponer en el paradigma político-social.

Después de la derrota del Partido Colorado, que por cierto fue como una bofetada

del pueblo a los políticos que ya de una manera harto perniciosa venían practicando todo tipo de aberraciones prebendaristas, hoy, con un escenario más distendido, pero con una fuerte sed de recuperar el poder para algunos, y de conservarlo para otros, estamos ante campañas proselitistas que prometen hasta lo imposible. Nuevamente los políticos comienzan un espectáculo de trucos y malabares para “conmover” y “convencer”.

El Partido Colorado, que luego de la llanura mostrara una actitud humilde, ante lo cual creemos y confiamos en una posible regeneración partidaria que podría propiciar ir dejando de lado los acostumbrados clichés. Observamos bochornosamente cómo magistrados, funcionarios públicos y ¡hasta los mismos docentes!, están hasta el cogote embretados y obligados en el politiquerío. Es plausible, obviamente, el interés de la gente en participar en un proceso eleccionario que definirá el futuro político del país, pero no se puede, ni se debe, abandonar las horas de trabajo para asistir, por ejemplo, a alguna reunión con el jefe de turno o con el candidato del momento, con el fin de “fortalecer el movimiento”. Así, las figuras actuales hoy se yerguen horondas, con una sonrisa sarcástica, utilizando términos que van desde “Muy pronto volveremos”, “Estamos de vacaciones”, “Unidad”, “Alianza”, “Confianza”, “Frente Guasu”, “Victoria aplastante” y otros más como queriendo, cada quien, imponer anticipadamente su contundente victoria. El Partido Liberal, que, dependiendo del cristal con el que se lo mire, nos pone ante dos divergencias: o este Partido está sufriendo una especie de metamorfosis al conglomerar a otros partidos y corrientes políticas para pasar a ser simplemente un “aty de distintos colores”, perdiendo su identificación y tradicionalismo partidarios, o nos ponemos de pie ante una actitud tan permisiva que todo vale para conservar el poder; estamos ante un espectáculo de acróbatas que tratan de equilibrase en la cuerda floja, para no volver a caer.

Como espectadores, no podemos hablar de diversión y carcajadas, sólo podemos hablar de indignación.

Así las cosas, nos queda dar la razón al pensador político Nicolás Maquiavelo, cuando dice que “los hombres son tan simples y unidos a la necesidad, que siempre el que quiera engañar, encontrará a quien le permita ser engañado”.

Lic. Liza María Ybarrola

C.I.: 1.309.183