19 jun. 2025

Como moderado, no “tiende ni a la derecha ni a la izquierda”

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César Piscoya

César Piscoya, amigo del alma del papa León XIV, lo describió como “muy cercano, humano” y presente para atender las necesidades. Fue en una contacto que mantuvo con Radio Monumental 1080 AM, en la que comentó su cercanía con Robert Francis Prevost, antes de convertirse en el Papa 267 de la Iglesia Católica.

“Fue una persona muy cercana, sentimental, conectaba con lo que vivías en ese momento. Cuando falleció mi esposa no dejó de tener un gesto de acercamiento conmigo, también estaba presente en la alegría del nacimiento de un hijo. Siempre muy cercano y muy humano”, expresó.

Piscoya afirmó que Prevost siempre estuvo presente en los momentos de dolor y sufrimiento de los peruanos, dispuesto para atender las necesidades.

“Conocía el dolor y el sufrimiento por alguna inundación en el Perú. Por ejemplo, no dudaba en ningún momento en ponerse las botas y salir para atender las necesidades. Ante el tema del Covid, la impotencia de no saber cómo estar y ayudar a nuestra gente, pero estuvo muy presente”, mencionó.

Afirmó que Prevost es un hombre con mucha prudencia y diplomacia. “Es de llorar cuando tiene que llorar, de reír cuando tiene que reír. Cuando estaba en la mesa compartía y reía con nosotros, contaba alguna anécdota”, sostuvo.

Sobre su perfil, explicó que lo identifica como un hombre moderado, que no “tiende ni a la derecha ni a la izquierda”, pero siempre preocupado por la humildad y sus necesidades.

Su familia es migrante y “esa sensibilidad la tiene a flor de piel”. Aseveró que será un Papa que dará continuidad a Francisco.

Respecto a las declaraciones de que estuvo encubriendo denuncias de abuso, expresó que todo lo que escribieron y mencionaron de él es pura difamación.

“Aquellos que han difamado a Roberto, diciendo más de lo que ellos pueden saber, me apena porque no conocen la verdad. Tengamos mucho cuidado con esas difamaciones”, sentenció.

El antes cardenal Prevost nació en Chicago, el 14 de setiembre de 1955, y también cuenta con ciudadanía de Perú, donde trabajó en las misiones y ejerció de obispo de Chiclayo.

“Una de las virtudes que él tiene es su prudencia; es un hombre que escucha mucho, que sabe callar cuando por delante está la dignidad de la persona y sabe acompañar ese silencio”, compartió Piscoya.