La educación se vio limitada por la tecnología y la ausencia de acceso a la socialización. La niñez es el momento oportuno para desarrollar adecuadamente las habilidades socioemocionales. La escuela no es solo aprender matemáticas y ciencias, sino también relaciones sociales e interacciones (y aprendizaje) entre pares.
La sicopedagoga clínica Rocío Miño explica cómo afectó la pandemia a gran parte de los niños y los desafíos de la educación en aislamiento. “En la pandemia ha cambiado por completo la vida de los niños, de sus padres y maestros”, relata la máster en neurosicopedagogía y especialista en Trastornos del Neurodesarrollo en Pediatría.
UN RETO PARA TODOS
La profesional expone que los desafíos están a la vista. “Los padres deben estar más involucrados en el proceso educativo de sus hijos”.La mayoría de los países tienen sistemas educativos muy desiguales, y los niños más pobres son quienes se ven más afectados; desde la pérdida de los aprendizajes por deserción escolar, hasta la privación de la comida más importante del día, ya que, en muchos casos, la merienda escolar es el único alimento que reciben al día.“Ya estábamos experimentando una crisis global en cuanto al aprendizaje.
Muchos estudiantes, aun cuando estaban en la escuela, no estaban adquiriendo las habilidades fundamentales necesarias para el aprendizaje y para la vida, puesto que un gran porcentaje de niños llegan a los 9 o 10 años sin leer ni comprender un texto simple; ahora esto se ha incrementado aún más”, prosigue Miño.
La especialista también menciona el caso de los niños que presentan dificultades específicas del aprendizaje, que requieren adecuaciones curriculares, las cuales eran más factibles de aplicarse en clases presenciales.“En modalidad virtual, es mucho más difícil para el docente interactuar de manera diferenciada en cuanto a los contenidos curriculares, y asegurarse de que el niño lo ha comprendido.
En el mejor de los casos, esto sería que el niño tenga posibilidades de acceder a la clase en línea, y que el sistema impartido por su institución educativa así lo realice”, señala.
Rocío Miño manifiesta su preocupación, ya que observa que los estudiantes reciben a diario indicaciones de tareas únicamente por WhatsApp, erosionando ese vínculo fundamental de docentes y estudiantes en el proceso educativo.
“De esa forma los estudiantes carecen de cualquier oportunidad de interacción con el docente, que ha sido preparado para impartir el aprendizaje, y el proceso se convierte en un mecanismo de ‘realizar tareas y aprobar la asignatura’, lo cual bajo ningún concepto será un aprendizaje significativo”, remarca.
ESTRATEGIAS ADECUADASU
n aprendizaje significativo requiere captar la atención del alumno, despertar interés en él, así como utilizar diferentes vías y canales de aprendizaje. Igualmente requiere la repetición de los contenidos, a fin de que los mismos puedan ser almacenados de manera significativa en la memoria a largo plazo, lo que posibilita la recuperación de la información cuando sea requerida y necesaria como conocimientos previos a nuevos aprendizajes.
“Se puede hacer bastante para reducir al menos este impacto a través de estrategias adecuadas de aprendizaje”, dice la profesional.
El papel de los padres y la familia, que siempre fue extremadamente importante, actualmente adquiere un mayor protagonismo, indica.
Muchas de las mejoras, iniciativas e inversiones que deberá realizar el sistema educativo podrían tener un efecto positivo a largo plazo. “Deberán invertir en conectividad, integración de herramientas digitales en el plan de estudios y la capacitación a sus docentes. También en plataformas interactivas que faciliten el aprendizaje por medio de la motivación, es decir, usar la tecnología de manera efectiva. Todo esto puede fortalecer el sistema educativo de un país”, señala Miño.
Para la especialista, el desafío en la educación es “reducir al máximo el impacto negativo de la pandemia” en la educación y el aprendizaje, y “aprovechar esta experiencia” para tomar una ruta más certera. “Se debe asegurar que todos los niños tengan las mismas posibilidades de recibir una educación de calidad”, culmina la especialista.
La licenciada Rocío Miño explica los desafíos que afrontan los niños en educación y cuáles son los mecanismos para reducir el impacto de la pandemia.